No había nada, la mesa hecha añicos ante la cocina, pero solo eso.
-puedes salir- le indiqué.
Sus ojos recorrieron todo el lugar, se mantenía sujeto de las paredes.
-¿estás decorando?- me preguntó viendo la mesa reducida a astillas.
-sí, algo como eso- asentí.
Dirigí la mirada hacia los pedazos viendo como cada uno de ellos se levantaba y los lanzaba a la basura.
-¿debo preguntar?- siguió Chris.
-habilidades especiales- sonreí dirigiéndome hacia la nevera- tú tienes una, apuesto a que tiene que ver con lo que hiciste hace unos minutos en la habitación.
Se apoyó de la tabla de la cocina, le lancé una de las bolsas de sangre pero en seguida saltó hacia atrás chocando contra los estantes. Sin embargo, vi como sus ojos se iluminaban.
-bueno, primero… controla tus movimientos, son mucho más exagerados ahora y segundo tomate lo que está en la bolsa-le indiqué.
-¿eso es sangre?- preguntó tomándola entre sus dedos.
Lo tomé abriéndola y vaciándola en un vaso.
-¡oh mierda!- rugió Chris, parecía ansioso, sus ojos se tornaron dorados y sus manos se cerraron en puños.
-sí, el olor causa eso, tómala- se la di viendo como la engullía en un segundo- bueno, no es algo muy lindo de ver, pero no eres un completo animal.
Le pasé un paño para que se quitara las gotas que habían caído en su mentón.
-no sabe mal- sonrió- nada mal.
-claro que no- suspiré.
Me apoyé de la mesa cerrando los ojos por un segundo.
-necesito cambiarme, ya la sangre empieza a incomodar- suspiré.
-¿me dirás que sucedió?- preguntó.
-sí, solo dame un minuto- me dirigí hacia mi habitación, me limpié la sangre y me coloqué una camisa limpia.
-¡eh, Nessa! - Gritó Chris.
-¿si?
-¿puedes venir?
Suspiré abriendo la puerta quedándome de pie en mi sitio, lo vi de pie en medio de la habitación con un cuchillo en el cuello y un hombre detrás de él viéndome con odio.
Y sin siquiera advertirlo un dolor profundo me invadió la cabeza dejando todo negro de repente.
-¿puedes despertar?- oí como alguien gritaba, un grito lejano que cada vez se hacía más fuerte.
Abrí los ojos de repente para encontrarme en un espacio con las paredes hechas de piedra, me encontraba atada con cuerdas gruesas por las manos, estaba de pie en una de las paredes y al volver la mirada, en la pared de al lado Chris me miraba molesto.
-¿Cómo es posible que pierdas el conocimiento por tanto tiempo?- gruñó él, también se encontraba atado.
-pues no fue mi intención- suspiré, sentí algo correr por mi rostro.
-creo que te rompieron la cabeza con el golpe- suspiró- no sangraste tanto, pero tienes una mancha bastante fea.
-¿Dónde estamos?- pregunté.
- no lo sé, me cubrieron la cabeza- suspiró, vi las marcas en sus manos rojas, de las sogas que lo sujetaban- esto está mal.
-¿dijeron algo?- pregunté.