Mejor un cambio

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Me di la vuelta alejándome de él, recorrí un par de metros más antes de dejarme caer al suelo llevando mis manos a la cabeza, me mordí tan fuerte el labio que empezaba a saborear la sangre, estos eran los momento en los que enserio necesitaba a Sebas a mi lado.

 Alcé la mirada hacia el cielo, la sensación de querer matar a alguien aumentaba a cada segundo, tenía que empezar a contar hasta llegar a cien antes de poder calmarme.

-Ness…

Alcé la mirada viendo a Kat frente a mí, se sentó a mi lado apoyando su brazo en mis hombros y suspirando.

-si de algo sirve… siempre lo odié- me dijo.

Me reí negando con la cabeza.

-¿fue tan malo?- preguntó.

-¿malo?...-fruncí el ceño- no, perder a Sebas fue malo, estar aquí es malo… pero eso solo fue un contratiempo.

-creí que te gustaba…

-pasado- musité- entiendo a los chicos así y cuadran perfectamente con las chicas como Jill- sonreí- de ahora en adelante me concentrare en sacarnos de aquí.

-oye, Ness…

-estoy bien- solté.

-no puedes…

-estoy bien, Kat… no te preocupes por mí- sonreí levantándome.

Pasé mi mano por la mejilla limpiando las lágrimas.

-puedo encerrar a Jill- dijo Kat.

-¿de qué sirve ya?- solté

-bueno… no más problemas.

-dejemos que se diviertan- dije alzando la mirada- el pueblo es aburrido, ¿no?

Me alejé unos pasos, caminé hasta llegar al hospital y entré.

Tomé una de las bolsas de sangre y la tomé con rapidez.

-hola niña- di un respingo.

Un chico se hallaba tras de mí, tomó una bolsa y la vació casi de inmediato.

-¿Quién eres?

-ah, lo siento… Mike- me sonrió.

Me crucé de brazos.

-deberías irte… Mike-suspiré.

-ah, sé por qué no me quieres cerca- se relamió los labios e hizo una mueca- dios, esta sangre es asquerosa, prefiero la fresca… bueno, en fin, es porqué vine con Jill, ¿cierto?

Sin arrepentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora