Escuché el tronar de los dedos de Kat y cuando me volví el cuerpo de Jill se había envuelto en llamas.
-tenemos que hablar- Chris me tomó de la muñeca y empezó a halarme con fuerza.
Y sin siquiera oponerme dejé que me arrastrara, eso ya no me importaba, ya no importaba mucho, la verdad, lo único que necesitaba en ese momento era dormir, descansar un rato, pero sabía que no era eso posible, ya no más.
Lo próximo que vi fue el interior del hotel, luego el interior de una habitación.
Me le quedé viendo a Chris, directo a los ojos, y no pude evitar recordar a Sebas, a Rob y a Kyle, esto había pasado por mi culpa, si yo me hubiera controlado esa mañana, si las cosas no hubieran salido como salieron quizá y mi primo estuviera vivo, quizá y Rob siguiera cazando demonios, y quizá y Kyle hubiera crecido, se hubiera vuelto un hombre.
Sentí las lágrimas cayendo sobre mis mejillas, me dejé caer sentada sobre la cama y respiré hondo.
-quiero disculparme- musitó él arrodillándose frente a mí- no sé lo que hice… lo que pasó, o siquiera lo que dije… pero tuvo que ser muy malo como para que te alejara de mí.
Me le quedé viendo, sus hermosos ojos, aunque no eran claros como le gustaban al resto de las chicas, poseían un brillo único, y así habían sido cuando estaba vivo, y así los habían conservado estando muerto, ¿Qué persona hubiera conservado lo hermoso de su alma justo después de volverse demonio? Ninguna, ni siquiera yo, pero él lo logró.
No me acordaba el cómo me había enamorado de él, simplemente lo había hecho, un cupido bromista que no entendía el significado de imposible, y una chica perdida que no impidió que el sentimiento creciera dentro de sí.
-por favor respóndeme- me rogó él alzándome la mirada con su mano.
-lo hecho, hecho está- musité.
-no me has dicho si me perdonas.
-no sé si lo haré- negué con la cabeza.
-pero yo no…
-lo sé- asentí- no lo sabías, pero creo que sería mejor si luego de que todo esto pase, tu sigas con tu vida.
Frunció el ceño.
-¿Mi vida?- preguntó mirándome a los ojos- mi vida se esfumó el día en que decidiste convertirme en esto, y cuando intenté recuperarla terminé arruinándola más, así que no me vengas con que vuelva a mi vida, a lo que a mi concierne, ahora tu eres mi vida.
-lo siento.
-no lo sientas- negó con la cabeza- fue un placer morir y despertar a tu lado.
Logré esbozar una pequeña sonrisa.
Su mirada quedó sujeta en un punto de la habitación, pero de pronto frunció el ceño y cuando volvió la mirada hacia mí, su expresión había cambiado por completo.