Sálvalo

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Fruncí el ceño y con un gruñido hice volar el arma de su mano, y esta voló a la mía, un aullido me hizo volver la mirada y de los árboles aparecía un lobo enorme que saltó hacia Caleb, lo esquivó al mismo tiempo en que lo rasguñaba con la daga de plata, y mientras el lobo caía al suelo otro saltaba sobre él para detenerse a unos pasos de Caleb.

-¿Nirry?- fruncí el ceño ante el lobo enorme frente a mí- ¿Tanner?

El lobo de Tanner se levantó gruñendo y colocándose frente a mí.

-¿más amigos?- preguntó Caleb.

-¡Kat!- grité cuando la ví acercarse a nosotros, me volví hacia Chris- ¡ayúdalo!

-plata…- dijo asintiendo.

Caleb se mantenía tranquilo aun cuando estaba rodeado de lobos, sus manos se hundieron en los bolsillos de su pantalón mientras me miraba con calma.

-la protección… Caleb, ¿Dónde se quita?- pregunté abriendo el arma y quitándole las municiones.

-no se quita- me sonrió- ya te lo dije… somos cinco los que protegemos el pueblo, para quitarla, tienes que matarnos a los cinco.

-uno por uno- me encogí de hombros- dime quienes son los otros.

-¿sabes cómo me convencieron de formar parte de esto?- me preguntó sonriendo.

-¡los brujos, Caleb!

-me dijeron que podría matarte…- se rio- mi familia ha sido la protección de este pueblo desde que en Salem cazaban brujas, los poderes de mi familia no son hereditarios, pero si pueden transferirse… una parte fue transferida a mí cuando llegué aquí, digamos que veo cual es el atractivo de tu mundo.

Sus ojos formaron un circulo de fuego y el negro de su iris se expandió por todo el ojo, fruncí el ceño retrocediendo. Sus manos se envolvieron en un halo rojo y después de guiñarme un ojo salí disparada hacia atrás.

Pegué mi cabeza contra el suelo, en seguida todo empezó a darme vueltas.

-¡Ness!- el grito de Chris me heló la sangre, cargado de su dolor y la preocupación.

Cuando alcé la mirada Tanner salía disparado hacia atrás con tanta fuerza que pude oír su costilla romperse, Kyle como lobo se colocó entre su hermano y Caleb.

-¡tú pelea es conmigo!- grité colocándome en pie.

-no, hermosa- Caleb se acercó a mí – mi pelea es con todas aquellas malditas criaturas que han matado a los humanos durante años.

Me erguí mirándolo a los ojos.

-eras mejor que lo que eres ahora- musité.

Sin arrepentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora