Caminamos hacia la entrada del pueblo tomados de manos, esperaba ver a una criatura confundida intentando salir del pueblo pero rebotando contra la protección cada vez que intentaba tocarla.
-¡debes estar jugando conmigo, Dany, has algo!- un grito me hizo fruncir el ceño, bueno, no había una persona habían dos.
-¿Qué quieres que haga?- gruñó el chico.
-esto está del asco.
-¿Qué demonios pasa?
-¡tenemos que salir y será mejor que se les ocurra algo porque los mataré a todos por traerme a este lugar!- gritó la primera voz de una chica, al parecer.
-no fue nuestra culpa, ¿sí? ¿Puedes dejar de gritar? ¡Dios!- gritó un chico.
Fruncí el ceño llevando a la calle de la entrada, había un grupo de seis, cinco chicos y una chica, ambos de espaldas a nosotros viendo la protección, eran vampiros.
-¡oigan, no lograrán mucho golpeando el campo de fuerza!- inquirió Chris frunciendo el ceño.
La chica fue la que se volvió primero, sentí como la cabeza me daba vueltas de un segundo a otro, me sostuve con fuerza de la mano de Chris para no caer, mientras intentaba convencerme de que era una mentira, de que no estaba viendo eso, ni loca podría estar pasando.
-¿Jill?- Chris abrió los ojos de par en par.
-¡oh, debes estar bromeando!- grité cerrando las manos en puños.
-debí imaginar que algo como esto hubiera sido de su creación- suspiró ella colocando las manos en su cintura.
-¿Cómo es que…?- Chris lucía confundido.
-déjenos salir- rugió ella- ¡Los voy a hacer trizas!
-¡aunque queramos no podemos!- gruñí.
-como quieran, atrápenlos- rugió.
Los otros vampiros empezaron a acercarse a nosotros con rapidez.
-kat… kat, ¡busquemos a Kat!- gruñí dándome la vuelta y empezando a correr.
-¿Qué dem…?
Chris salió corriendo tras de mí, las casa empezaron a verse a los segundos.
-¡Kat!- grité mirando hacia atrás, los vampiros nos seguían, casi pisándonos los talones.
-“¿Qué?”- gruñó en mi mente.
-¡campo de fuerza, campo de fuerza, ya!- grité.