XV

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Cordelia estaba sentada al frente del Gran Duque Kaufman y cerca de Navier. Anotaba lo más importante de la conversación o le que se le podía olvidar, para después transcribir eso a su informe.

Al terminar, Navier sacó la poción de amor que le habían regalado.

—Ah, y supe que fue em mejor de su clase en la academia de magia —dice tranquila— ¿Le he haría un vistazo a esto?

Cordelia no sabía si salir o no. Algo que tras la mirada de Navier se tono claramente, quería que se quedara.

Dejo a un lado las hojas y espero la respuesta del Gran Duque Kaufman.

—Si.

—¿Disculpe? —al parecer Navier pensó que diría que no, o eso creyó Cordelia.

—¿Qué es esto? —dijo el Gran DuqueKaufman.

—Fue un regalo de cumpleaños. —comenta Navier— En la nota decía "Poción de amor".

Cordelia veía como el Gran Duque Kaufman miraba la pócima.

—No la traje porque creo que funcione. —sigue hablando de ella— Pero cómo fue un regalo de cumpleaños, sería descortés deshacerme de ella ¿Le molestaría asegurarse de que esa poción no sea dañina?

—No sé si son peligrosas, pero este tipo de pociones se venden en el mercado negro y, hasta cierto punto, son efectivas.

—Pero nunca escuché que existiera algo así... —responde Navier.

Yo si. Pensó Cordelia. Aunque nunca me dedique a corroborarlo.

—Eso es porque ni siquiera en el mercado negro venden pociones de amor genuinas. —el Gran Duque toma la poción— Permitame verla.

El Gran Duque lo miró más detenidamente para luego abrirlo y olerlo un poco. Parecía saber lo que hace.

—¿Qué dice, Gran Duque? —dijo Cordelia curiosa.

—Creo... —mira primero a Cordelia y luego Navier— que esta poción tiene cierta efectividad.

—Así que si alguien la bebe... —Navier se ve interrumpida.

—Se sentirá como si se hubiera enamorado de la primera persona que vea. —Cordelia está atenta a lo que decia el Gran Duque— Aclaro: no hará que se enamore de verdad de esa persona, pero si causará efectos secundarios físicos, como un ritmo cardíaco elevado...

Al ver la reacción de Navier, el Gran Duque cambió de tema.

—¿Por qué no la usa con el emperador Sovieshu? Debe procurar que, después que su majestad la beba, usted sea la primera persona que vea.

¿Con su majestad Sovieshu? Pensó Cordelia.

Cordelia ya sabía que tal vez lo pensó en algún momento Navier, sin embargo, su majestad era muy honesta como para usarla.

—No, esta bien —dijo Navier.

—Si eso es todo, creo que debo...

—Parece que no cree que funcione, —el Gran Duque Kaufman interrumpio a Cordelia— demostraré los efectos personalmente.

—No, no tiene que hacer... —Navier estaba preocupada.

—Esta bien, tengo un antídoto —después de eso, el Gran Duque Kaufman empieza a tomar el antídoto.

—¿Por qué tiene un antídoto...? —habló Cordelia cuando quedó inmóvil al ver que el Gran Duque Kaufman la quedó miraron.

Ambos se miraron, eso le dio una sorpresa increíble.

La bastarda de los Trovi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora