XXXVII

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Nota antes de leer: Ya publicaron la tercera temporada, los capítulos del fanfic se demoraran un poco más de lo esperado, por el hecho de que hay pocos capítulos publicados en Webtoon. Disfruten, los adoro.

Cordelia se sentía abrumada con tantos sentimientos encontrados después de lo que pasó con el Gran Duque Kaufman y todo el contenido que leyó sobre el cuaderno que le paso. Tanta información que hay en esas escrituras de lo que pensaba él y de las cosas que estuvo haciendo para deshacer los efectos de la poción, que por un momento, hizo como si todo ese tiempo que no se vieron, no hubiera pasado. De hecho, al estar tan cerca de él ayer, hizo reavivar el aroma que recordaba de él y que tanto le gustaba, aunque lo negara.

—¿Está muy caliente el agua, Duquesa Cordelia? —pregunta una sirvienta— Sus mejillas están rojas.

—Está perfecta, —dice Cordelia— solo estoy pensando en algo.

Al terminar el baño, pidió que una de las sirvientas llamara a su hermano, necesitaba hablar con él de manera urgente.

Mientras se vestía, recordaba lo último que habló con el Gran Duque Kaufman, ya que aún estaba procesando todo.

Creo que ya sabe la respuesta —había dicho el Gran Duque con la pregunta que le había hecho Cordelia.

Gran Duque Kaufman —Cordelia sonrió de manera involuntaria— quiero darle una respuesta como se merece, pero no es el momento o lugar, sobre todo porque Lady Krista busca cualquier cosa en contra de Navier y no quiero que haga esto un rumor distorsionado. Le prometo que mañana le llegará una carta aclarando todos mis sentimientos y vernos en un punto en especifico con fecha y hora determinada... no falté.

Como usted diga, Duquesa Cordelia —se le notaba un sonrojo con un brillo en los ojos.

—Cordelia ¿Qué sucede? —dice Kosair llegando algo agitado.

La llegada de Kosair, sacó del transe de Cordelia.

—Necesito tu opinión en algo. —dice Cordelia para luego mirar a sus sirvientas— Pueden irse.

Al irse, Cordelia espero unos minutos mientras se sentaba, su hermano se sentó al lado de ella.

—Ayúdame, creo que me estoy enamorando —suspiro Cordelia algo irritada.

Kosair se quedó mirándola un momento algo sorprendido, sobre todo por la urgencia que lo mando a llamar solo para decir que cree que esta enamorada.

—¿Esa es la urgencia? —pregunta Kosair aún confundido.

—Kosair esto es serio, no es el momento para enamorarme y el hombre hace las cosas difícil como para evitar este sentimiento, a pesar de la situación. —Cordelia se levanta y empieza a caminar de un lado para otro— Pensé que era nada más afectó de forma amistosa, pero desde que se confesó, lo siento diferente.

—Espera ¿No es el Marques Falhan? —preguntó Kosair.

—Hermano, por favor. —Cordelia se cruzó de brazos— Con el Marques Falhan no se pudo antes y ahora que soy Duquesa oficialmente tampoco, ya lo hablamos mucho antes de que me fuera con Navier.

—¿Y quién es? —Kosair buscaba nombres de quienes pueden ser— ¿Es Mackenna?

—No es Mackenna, es alguien peor.

Hace mucho no se mostraba así de inmadura con alguien, como la hermana menor y consentida de los Trovi, alguien que quiere obtener todo lo que quiere de forma rápida y a su forma, si no lo tenía, hace un berrinche. Si bien, Cordelia no era de esas personas que hacían berrinches por no obtener las cosas como querían, pero si era la niña inmadura y consentida de la familia, que muchas veces se salía con las suyas, cuando no, buscaba que a la próxima si lo hiciera.

La bastarda de los Trovi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora