XXXI

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No había trampa en lo que dijo el Vizconde Landre. Sin embargo, era muy bueno para ser verdad, no podría decirle que sí, por muy tentador que suene.

Le pidió unos días para pensarlo y así poder tener una decisión de forma objetiva. Bajo esos términos pensó.

¿En qué la beneficia a ella tener al Vizconde Landre en la red? La beneficia en cualquier lado por donde se mire. No solo iba a tener a alguien bajo su mando de la orden transnacional, iba a tener un mismísimo líder de una división. Cuanta información podría llegar a tener con tan solo tenerlos a ellos bajo su manga.

¿En que la perjudica ella? En varias cosas. En primera, no sabía que tan confiable es el Vizconde Landre, ya que le podría decir a Lady Nian o se le podría escapar algo en la orden y no sabe en quien se debe confían en esa división de caballeros... no quería que se descubriera Colibrí.

En segunda, no sabía que tan estable sería porque la orden transnacional no responde ante un imperio en particular ¿Qué razones tenía una división en responder a Cordelia? ¿A una simple Duquesa nombrada hace poco, en donde anteriormente la llamaban bastarda? Si, era de familia real, y si, hizo un buen trabajo en su puesto, pero ¿Qué más? ¿Qué otras cosas que Cordelia mostraba al público harían que la división estaría con ella?

La sirvienta Eloise, la que vino del imperio de Oriente, le estaba arreglando la parte de atrás del vestido cuando ve que Cordelia estaba pensando algo importante, le conocía muy bien esa expresión.

—Le queda hermoso el vestido, Duquesa —dice su sirvienta intentando sacarla de su transe para que nadie sospechara— ¿Se puede saber por qué eligió este vestido?

—Le queda hermoso el vestido, Duquesa —dice su sirvienta intentando sacarla de su transe para que nadie sospechara— ¿Se puede saber por qué eligió este vestido?

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—Solo creo que es momento de destacarme y la diseñadora Mclinnon dijo que este diseño suyo se me veria bien. —dice Cordelia— Después de todo, los vestidos y trajes son para eso ¿No es así?

—Usted ya es una persona hermosa, sin importar lo que use. —la otra sirvienta sonríe— He escuchado que han hablado mucho de usted por sus ojos y cabello.

—¿Si?

—Yo también lo he escuchado. —responde la sirvienta Eloise— Dicen que es una belleza sin igual, una flor del desierto que destaca por su hermoso cabello y color de ojos, con traje y vestidos que destacan su aire amable con misterio... Parece que aquí también admiran su belleza.

—He escuchado muchas de los hombres nobles en querer acercarse a usted para cortejarla, pronto tendra varios pretendientes.—dice la otra sirvienta— Seguro que tendrá una fila de pretendientes como en el imperio de Oriente.

Cordelia sonrió amable con algo de incomodidad. La sirvienta al ver a Eloise, se dio cuenta que dijo algo malo.

—Si bien la belleza de Cordelia estaba en el ojo de muchos hombres, —empieza hablar Eloise— no había pretendientes que querían pelear por su mano por creer que era hija ilegítima.

La bastarda de los Trovi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora