Capítulo 9

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Erick

La diversión no abandona mi cara al recordar las palabras de la chica. Sueña con quitarme el premio cuando estoy decidido en llevarlo conmigo

No cabe duda que la ingenuidad es una característica que siempre estará presente en los soñadores, solo eso explica el hecho que Santa piense siquiera en derrotarme en algo con lo que me desenvuelvo con los ojos cerrados.

Cuento los segundos para poner los pies en el piso luego de hacer flexiones de brazos sosteniendo mi cuerpo por más tiempo que la vez anterior

Me doy un baño rápido antes de partir a la compañía en donde veo entrando a Karina esta vez solo con un vaso de café

__ Tienes una cara de haber tenido la mejor noche de tu vida o de haber recibido una visita del nazareno en persona  - comenta en el elevador  - O espera... ¿cómo se llama?

__ ¿Quién

__ Mira cabeza hueca, puedes ser el mejor en negocios pero no sabes disimular un poco cuando una chica te llama la atención  - inicia con su charla represiva  - Solo que esta vez...

Tira de mi saco olfateando como sabueso policíaco

__ Hay algo... - me mira a la cara, vuelve a oler  -  No sé como explicar pero creo que... espera...

La veo marcar el número de su esposo  concentrada en no sé qué

__ Cariño, sacame de una duda - algo le responden en tanto yo no comprendo ni un poco lo que pregunta  - ¿Porqué un hombre cambia de perfume?

¿Que?

__ No, se trata del jefe que tiene un aspecto distinto - se ríe con él y no es difícil deducir que es de mi

Decido ignorarla porque se pierde en la conversación con su pareja cuando salgo de la  caja metálica hasta que siento como me empujan dentro de mi propia oficina

__ Siete minutos para que inicie el horario laboral así que suelta la sopa - se sienta frente a mi escritorio

__ ¿Quien trajo sopa? - escucho a Elién entrar atrás de nosotros

__ También quiero sopa - añade el otro - Salvo que sea de aguacate, se siente muy cremoso

__ Por eso se llama crema de aguacate, genio - le dice Karina 

__ Ignoraré que usaste ironía conmigo - se sienta a su lado  - ¿Como está la estrellada?

__ ¿Cual estrellada? - cuestiona con el ceño arrugado

__ Tu hija, la bebé que cargas, la sin nombre, la que...

__ Ya entendí, pero no es estrellada sino estrellita  - corrige

__ Bueno, perfecto no soy. Un defecto tenía que tener este monumento  - se señala a sí mismo 

Mi cuestionamiento sigue creciendo porque cada vez me surgen más preguntas de porqué debo ver este tipo de pláticas cuando no se entienden ni ellos solos. Cualquiera se confunde al verlos posando como empresarios serios frente a cámaras concentrados en el crecimiento de sus empresas o con carácter bromista pero Leandro es quien tiene el carácter más cerrado, es muy suspicaz con quien lo rodea ya que no confia en nadie fuera de su cirulo familiar, por más conquistas que pueda llegar a tener, nunca se le ha visto en una relación con nadie.

Las evita a más no poder.

Elién es peor, su seriedad se va cuando nos reunimos pero su actitud autoritaria y rígida es a la que sus empleados le huyen. Muy pocos ven su lado calmado  y tranquilo. Digno hijo de Sebastian Ambrosetti.

Invictos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora