Capítulo 35

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Santa

__ Eso salió bien. - me dice Lila con una extensa y cálida sonrisa en el rostro. Todos los periodistas están complacidos con las declaraciones en lo que Arthur es felicitado por tener una gran equipo con él. En mi caso, amo haber logrado tanto.

__ Mira su rostro de orgullo. - añade Helena. - Es muy difícil verlo así. Es inexpresivo pero está contento de tenerte trabajando con nosotros. - pasa la mano en su vientre con una mueca que no pasa desapercibida - Admito que también lo estoy. No sabía cómo decirlo pero me caíste bien desde el inicio, solo que tú eres muy distante con desconocidos y yo lo era.

__ ¿Lo sabías desde el principio? - asiente en tanto caminamos.

__ Cuando Taylor aceptó abiertamente que eras su hija, me emocioné. Soy o era la única mujer en la familia Bosch. Es agobiante porque no hay más contacto que con los empleados.

__ ¿Tus amigas? - indaga Lila.

__ Es humillante, pero no tengo. Intenté congeniar con las esposas de los amigos de Arthur, pero hablar de comprar en París o ir a jugar tenis no es lo mío.

__ Yo quiero tener esos problemas. - comenta mi amiga con una sonrisa.

__ Digamos que no todo es como lo pintan. Estar todo el tiempo en tiendas suele aburrir o cansar hasta el punto de no querer regresar. - le dice Helena - No sé jugar tenis y ver a mi marido jugando golf me da sueño, a menos que sea una competencia.

__ Tenemos puntos de vista muy diferentes de la vida. - dice con diversión - Igual deberíamos salir un día, prometo diversión por montón.

__ ¿Una embarazada en una salida de chicas? - increpa Helena con aversión. Arruga la cara. La pregunta surge, pero me interrumpen.

__ Que yo sepa estar embarazada no te quita el ser mujer, somos tres chicas. Dos comprometidas y una soltera, o bueno creo, ya no sé pero oficialmente sí lo soy - completa - Y cuando nazca tu primo, nos lo llevamos también.

Una risa se me escapa porque ni recordaba que el bebé de Helena también lleva la sangre de Taylor por ende la mía. Deducciones que no he hecho, al parecer debo centrarme en hacer eso para tener claro los parentescos.

Más ahora que la veo tocarse la espalda con incomodidad.

__ ¿Quieres que vayamos al...

__ Santa, tenemos que hablar. - Santiago se me presenta de cara, casi acabo en sus brazos de no ser por qué mis manos logran empujarlo para salir del encierro que había creado. Doy dos pasos atrás, Lila se mete cuando intenta tocarme de nuevo.

__ No tenemos nada de que hablar. - paso a su lado. - Y por si no te quedó claro, reitero que te quiero lejos de mí.

__ No puedes hacer esto, cariño. Tu sabes que me amas - regresa. Me suelto de su agarre cuando la repugnancia de su toque me enoja - Santa, esto nos lo debemos. Yo te amo, tu me amas. He cometido errores, errores que puedes perdonar para continuar con nuestra vida.

__ Error cometí al estar con un tipo como tú. - suelto molesta - Haz lo mejor para nosotros y lárgate de mi vista antes que acabes con mi paciencia.

Llego al auto, el chófer de Helena le abre la puerta y le indico que suba cuando siento que toman mi mano, no obedece.

__ La señorita no quiere ser molestada - interviene el chófer - Le pido de buenos modos que se retire, por favor.

__ No te metas. Esto es un asunto entre ella y yo. - vuelve con intención de tomar mi mano.

__ Puedo resolverlo. Cuida de Helena. - ordeno con seriedad.

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