Santa
Corro por el pasillo, de la mano de Erick llegamos hasta donde veo a mi mamá con los ojos llenos de lágrimas mientras sostiene un relicario que conozco a la perfección.
__ ¿Como está? - pregunto. Levanta la vista y sus brazos no tardan en estar alrededor de mi cuello soltando el llanto rogando porque la perdone, estampando el primer zarpazo.
__ No quería que esto pasara. - articula entre sollozos, con la voz entrecortada. - Te juro que no quería.
__ Quiero verlo. ¿Donde está? - no voy a arreglar lo que no sirve y ahora es lo que menos importa. Es mi madre, pero ahora me importa saber que el abuelo está bien.
__ Escúchame, amor - no dejo que me toque. - La cirugía fue más complicada de lo pensado. Tenía una hemorragia que inundó que inundó sus pulmones. Colapsó... Lo lamento.
Me alejo. Quiere abrazarme y no puedo tan solo permitir su roce. Niego en repetidas ocasiones poniendo un alto a todos los que quieren acercarse.
Taylor me mira pidiendo que lo deje venir a mí. Mónica suplica no sé qué. Erick se queda en su puesto al entenderme mientras Arthur y el resto no saben ni que hacer.
__ No. Claro que no. - me suelto de sus brazos. - Si esto lo haces para pedir que vuelva con Santiago, debes parar. No más, por favor. Mónica, no hagas esto. - me aferro a la idea que es una forma de manipulación. - No me miren así. Ella miente.
__ Hija.
__ Que diga la verdad. - suelto con lava en mi lengua. - ¡Di la verdad!
__ No, cariño. Mírame. - no puedo. Su solo toque duele y más cuando puedo ver qué no miente como deseo. - Mi papá...
__ ¡No lo digas! - la empujo pero regresa a abrazarme con más fuerza en lo que mis ojos se llenan de las lagrimas que mojan mis mejillas.
Mi mundo se cae. Mis rodillas se doblan siendo sostenida por Erick quien me abraza cuando mi grito es contenido en su cuello, para luego salir agrietando mi garganta en el momento que me voy contra él. El pecho duele como si miles de cuchillas se incrustan en ese lugar unas tras otras. Rompiendo milímetro a milímetro mi piel, abriéndose paso en mi tórax llegando a ahogarme.
Tiemblo. Suelto el aire en exhalaciones que solo me rompen más, odiando el momento en el cual lo dejé. Esto no hubiera pasado. Me niego a creerlo.
Me abrazan y al ver que es mi mamá me dejo llevar por el dolor que nos une aún cuando la culpa regresa y no me siento con la fuerza para hablar más que para disculparme por haber sido quien lo llevó a ese destino.
No lo salvé.
No puedo hablar más. No siento nada más que mi cuerpo ser atravesado por impactos gigantes que me obligan a soportar más de lo que puedo, aún cuando el abuelo quiso que fuera fuerte, pero no mentí cuando le dije que solo lo era por él.
Taylor me rodea con sus brazos limpiando mis mejillas reiterando que no me dejara sola. Me permito llorar, caer en un agujero gigante del cual no encuentro el fondo, ahogandome en la dolorosa realidad de la que soy quién se hunde sola al recordar cuando fue por mí a la escuela tantas veces. El momento donde me abrazó luego de curar mis auto lesiones en el baño de mi casa. Todas esas ocasiones donde sonrió conmigo por cosas simples.
__ Quiero verlo. - pido en un susurro. Erick asiente, me ayuda a incorporarme, miro a mi madre una última vez yendo con la enfermera que nos dirige al área de la morgue.
Cada paso se quiere adherir al mármol. No quiero llegar y corroborar que esto es cierto, y a la vez necesito verlo otra vez.
Es más frío de lo normal. Todo se ve gris y ese hielo congelando hasta mis pulmones me exige no seguir pero quiero verlo, quiero estar con él.
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Invictos
RomanceUna confusión, un trato, una meta. Nadie está dispuesto a perder lo que han ganado pero pueden caer a lo que tanto se niegan. Erick, su tiempo de estar al frente de la empresa familiar llegó. Todo está saliendo como él lo quiere o casi todo porque l...