Capítulo 46

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Santa

__ No soy digna de pedirte que me perdones, pero de verdad quiero hacerlo. - con voz temblorosa habla la mujer sentada en una cama frente a mí. - No quise que Tom saliera dañado, mucho menos la forma en que todo terminó. Cuando mi mamá me dijo todo, yo...

Sus ojos se inundan de lágrimas que no suelta. Los vendajes de su cabeza recuerdan lo que hice y no tiene tanto maquillaje como solía haber todo el tiempo

__ Santa, no puedo describir cuánta culpa siento en este momento. Si tan solo... - las lágrimas brotan cayendo a la sábana. - Si tan solo pudiera regresar el tiempo y no cometer tantos errores.

No muevo un músculo. Solo detallo como sus ojos se mojan cada vez más.

__ Eras mi amiga. Una persona bondadosa y llena de amor por el prójimo que merece ser feliz. - sigue Ashley. - No debes cargar con un rencor en tu alma. Eres más que eso. No merezco tu perdón, pero quiero tenerlo.

__ ¿Te confieso algo? - pellizco el puente de mi nariz.

__ Claro. - su tono suave no cambia.

Doy un paso para acercarme más a la camilla donde se encuentra sentada.

__ No te creo nada. - declaro sin alterarme. Sus párpados se abren más. - Y no te creo porque sencillamente te conozco. Esas lágrimas son tu obra maestra, el engaño que quieres usar para no pagar por todo lo que hiciste.

__ Juro que no es así. - limpia su nariz.

__ Si quieres que te aplauda, lo haré. En verdad, lo haces muy bien. - mascullo - Pero olvidas que te vi hacer esto tantas veces antes que conozco tus ojos marchitos, las lágrimas de arrepentimiento y ese gesto lastimero que usas cada vez que estás acorralada.

__ Te equivocas. - trata de seguir en el papel que tiene como defensa.

__ No me das lástima. No siento culpa al verte mal, asustada y solo con una madre a quien le importas menos que su bálsamo labial.- cierra las manos con la rabia que esconde. - Siempre te viste como una segundona. Como la opción descartable, porque eso eres.

__ No lo soy. - cubre sus orejas.

__ Lo eres porque por más que te quise en otro lugar, sola te pusiste en ese nivel. Te rebajaste sola. Envidiaste mi vida y quisiste tener lo que yo, porque la imaginación no te dio para crear tus propias metas.

__ ¡Eso es mentira! ¡Soy capaz de ser mejor! - se pone de pie. - ¡Tú lograste todo porque te lo dieron!

__ Y me lo dieron porque me lo gané, en lugar de ver lo que otros podían tener - la encaro al ponerse al descubierto. - Que te quede claro esto, Ashley. Pasarás cada segundo del resto de tu vida pagando por quitarme a mi abuelo. En un agujero junto a las ratas como una más de ellas. Como lo que siempre fuiste.

Quise sentir un poco de compasión. No meterme en el proceso más de lo necesario pero el desprecio que tengo hacia la mujer frente a mí puede más. No quiero perdonar, lo hice antes y nunca trae buenos resultados a menos que esas personas lo merezcan, y Ashley jamás va a merecer un gramo de consideración.

__ Tu eres bondadosa, Santa. Fuimos amigas. Nos quisimos mucho. Aún te aprecio. - suplica. Cree manipularme, no lo logra.

__ Confundes bondad con ingenuidad y para tu mala suerte, de la segunda no queda un solo gramo en mí. - determino -  Te encargaste de acabar con todo. Así que ni tu cara de arrepentimiento barato, ni la técnica de recordar nuestra amistad evitará que me vaya sobre tí. Y si crees que vas a convencer a alguien de no meterte en la cárcel, me encargaré de que no sea así.

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