Capítulo 44

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Erick

__ No tardaré. Solo serán unas cuantas horas y regreso contigo. - le digo sobre su cabellera.

__ Lo siento. - se disculpa. - Tienes cosas que hacer y te retraso, pero es que no me gusta sentir esto. - se toca el pecho - Un vacío extraño aquí que no me deja respirar bien. No pensé en tí, lo lamento.

__ No tienes porqué sentirte mal por nada de esto. Siempre que me necesites estaré ahí. - afirmo.

No necesita palabras de que todo estará bien, porque es la mentira en la cual se esconde el ser humano. Nunca se recupera una perdida de ese tipo y mucho menos cuando prácticamente es la figura que tuviste toda la vida para acudir al ponerse mal las cosas, y ahora están mal por su ausencia.

La abrazo más fuerte, solo requiere que la acompañen en un proceso del que intenta salir por muy difícil que sea.

Le gusta que esté cerca, que sea el apoyo a su disposición en este caso. Dos noches en las cuales apenas ha probado la comida. Es un dolor silencioso que ahora guarda en sus ojos.

__ ¿Estarás bien? - me pongo el saco viendo cómo se arropa con su sábana. Su luz se ve apagada pero sé que con el tiempo aprenderá a vivir con los recuerdos que tendrá toda su vida.

__ Solo dormiré. No pasará nada. - me dice con una mueca. Baxter se acerca a ella y lo sube a la cama para abrazarlo también. - Solo dormiremos ¿verdad, bebé?

__ Baxter necesita salir al menos unos minutos. O hará un desastre en tu cama. - miro la hora. - Si me voy ahora podré regresar a las cinco y cuarto, más o menos.

__ No te preocupes. Estaré bien, puedo quedarme sola. - no me complace alejarme de ellos. Santa no tiene el ánimo que la caracteriza y Baxter requiere de cuidados, sacarlo a pasear, darle comida y cuidar que no muerda todo lo que encuentre.

__ Creo que lo mejor será que no vaya. - me dispongo a quitarme el saco nuevamente.

__ Confía en mí. Ve a resolver tus asuntos en la empresa que estaré bien aquí. - me besa dejando ver que también le preocupa que tenga problemas. - Agradezco tu compañía, pero puedo estar unas horas sola.

__ Volveré lo más rápido que pueda. - prometo y asiente.

Sin estar convencido del todo salgo de la casa. Mónica no está, ya que su refugio siempre será su trabajo y dice que estar ocupada no le da para pensar en lo ocurrido.

Me contó lo que pasó con la muerte de su madre y comprendí perfectamente lo que hace, Tomás hizo lo mismo cuando murió. No tuvo tiempo de derrumbarse porque tenía que cuidar de su hija y su mente.

Voy por un baño rápido a mi apartamento, un cambio de ropa y mis cosas para partir a la compañía.

__ ¿Karina se encuentra en su oficina? - pregunto a la asistente.

__ No, está en una reunión con los ejecutivos en la sala de juntas. Si desea puedo avisarle de su llegada. - ofrece con carpetas en la mano.

__ No es necesario. Iré yo mismo. - dejo la que cargaba sobre su escritorio. - Saca dos copias de esto, envíalas a la sala de juntas cuando la reunión culmine.

No espero su respuesta para dirigirme a la sala que hay un piso abajo de este. Les pido que continúen cuando presentan las gráficas que leen mostrando el crecimiento del último trimestre. Los resultados de tantos clientes reconocidos dan frutos pues son los mismo que le dan base sólida a nuestro trabajo.

Seguimos siendo parte de la lista de los mejores, con fama por ser los únicos que nunca bajan de categoría ni sufren perdidas como para estar en jaque.

Invictos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora