Capítulo 37

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Santa

__ En cinco minutos llegamos al avión. Espero que estén en ese sitio cuando llegue. - discute Erick por el teléfono. - Llegaremos tarde.

Ese es el problema. Nos despertamos tarde.

Acaricio a Baxter que se acurruca en mi regazo. Es un perro muy hermoso. Me gusta la idea de conservar algo que tanto Erick cómo yo debemos cuidar. Aún cuando el término madrastra no me convence. Debo hablar con la dueña del cachorro para saber cuál quedaría mejor.

__ Tranquilo. Llegaremos a tiempo. - soy optimista aún cuando puede ser solo un sueño.

__ Nunca me había pasado. Quedarme dormido minutos altera mi día. - reniega soltando el móvil. - Igual no puedo retroceder el tiempo.

__ Yo querría hacerlo. - suelto con picardía. Entiende de inmediato lo que quiero decir y esa sonrisa rompe el hielo que cubría su rostro.

Me besa la boca cuando gira el volante para llegar al lugar donde veo a dos vehículos más estar esperando.

Leandro y Katia, los reconozco desde la distancia. La doctora le dice algo en el oído y el sujeto levanta la ceja antes de ver que llegamos, escondiendo la risa con un sutil movimiento de manos.

__ No soy tan radical. - dice Leandro con una sonrisa gigante. Viniendo con nosotros.

__ Te dije que lograría tenerlos a tiempo. - le dice Katia a Erick antes de saludarme - Si venía refunfuñando, déjame decirte que es normal. Erick es el más gruñón de todos mis primos, sobrepasando a Elién.

__ ¿Que yo qué? - cuestiona el mencionado en el otro vehículo.

__ Nada. Aquí pensando en voz alta. - exclama Katia con calma. - Por cierto, Arleth dijo que venía por un encargo. Quedé de irme con ella. Pero no ha llegado.

__ Viene tarde. - dice Erick mirando su reloj.

__ Ahora le dice encargo a Baxter. - me río abrazando el cachorro que le gusta lo mimen.

__ ¿Es el perro del que habla como loca? - menciona la pelirroja agarrando la pata delantera del perro.

__ ¿Loca quién? - preguntan atrás de mí. Arleth viene con un impermeable verde militar que la cubre casi por completo. Una mascarilla en la nariz antes de comenzar a estornudar.

__ ¿Hace falta que responda la pregunta? - consulta Katia mirando a todos, los cuales niegan al ver a la más pequeña de todos sostener la nariz.

__ ¿Estás bien? - indago preocupada.

__ Claro que si. - estornuda. - Solo una pequeña alergia.

__ ¿Para que el impermeable?

__ Creí que funcionaría. - extiende las manos hacia el perro que se acurruca más a mí. - Baxter, no seas así. Hice todo este esfuerzo solo para tener tiempo contigo.

Entro en contexto de todo. Es alérgica a los perros deduzco por su colaboración para estar cerca del animal que toma para llevarlo a su nariz pero el ataque de estornudos es más fuerte y no le permite estar por mucho tiempo.

__ Trae el pobre animal. Lo vas a traumar, gótica - le dice Leandro alejándolo de ella. - Entiendo tu buena intención y voluntad, pero no has podido estar cerca de uno desde la primera vez. No sé qué te hizo creer que podrías ahora.

__ Al menos hago el esfuerzo. - se cubre la nariz. - No como tú, energúmeno

__ A la única que posee el demonio es a tí. - le pelea. Ella intenta refutar pero vuelve a estornudar.

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