<<Nuestras cicatrices muestran lo que vivimos pero no dictan lo que viviremos.>>
•°•—·—∞—♦—∞—·—•°•
En la Torre de Ravenclaw; Harry, Theo y Blaise se despertaron temprano, y tras una ducha, bajaron a la sala común.
Los prefectos de Ravenclaw, Roger y Penélope, los esperaban allí para explicarles las normas de la casa, además de hablarles también de los grupos de estudio obligatorio.
— Cada estudiante menor tiene un tutor de un par de cursos superiores— informó Penélope dándoles un pergamino con los horarios de los grupos de estudio.
— Vosotros como sois de primero tendréis como tutor a un alumno de tercer año — añadió Roger quién les había dado una lista de reglas y un mapa del castillo.
— Si conectáis bien, él podrá ser vuestro tutor hasta quinto año — siguió diciendo Penélope mientras repasaba si se le había quedado algo por decirles.
— ¿Y nosotros también seremos tutores? — preguntó Blaise luciendo muy interesado.
— Para ello debéis obtener un Supera las expectativas como mínimo en todas vuestras materias — respondió la prefecta mirándolo con desafío.
— Bien, no aspiramos a menos — replicó Theo rodando los ojos con obviedad.
— Me gustan estos tres — sonrió el prefecto, divertido por el entusiasmo de los tres primeros.
— ¿Les asignamos el mismo tutor? — cuestionó Penélope mirándolos pensativa. Los niños parecían estar muy unidos, tanto como para pedir una reselección para estar juntos, así que no sería ella la que los separase.
— Sí, por favor. Queremos trabajar juntos — suplicó el ojiverde tomando las manos de sus amigos.
— Bien. Pensaré quién es la mejor opción para vosotros — concedió Roger llegando a la misma conclusión que la prefecta.
— Estarían bien con William Abbot, pero es de cuarto año... — propuso Penélope, consciente de que el estudiante de cuarto era suave y amable, lo que lo hacía perfecto para tratar con un chico tímido y asustado como Harry.
— Will sería perfecto para ellos.... Hablaré con el profesor Flitwick — estuvo de acuerdo Roger mirando al ojiverde que en ese momento se había encogido al escuchar un ruido.
— Bueno, resolveremos eso pronto. Ahora, pasemos a temas más importantes, como por ejemplo desayunar — habló Penélope, volviendo a dirigir su atención a los tres primeros.
— ¿Podemos desayunar aquí? — se sorprendió Theo, cuando la prefecta hizo aparecer tres desayunos completos para ellos.
— Es algo excepcional, pensamos que sería bueno para vosotros pasar algo de tiempo en el nido — explicó Roger empujándolos suavemente para que se sentasen.
— ¡Eso suena genial! — exclamó Blaise mientras pinchaba una salchicha con su tenedor.
— ¿Podemos coger libros de la biblioteca? — preguntó Theo mirando con anhelo a la estantería repleta de libros que lo llamaban.
— Claro, para eso están. Puedes tenerlos una semana entera, después vuelven mágicamente a su lugar — informó Roger mientras les entregaba un vaso de leche a cada uno.
— ¡Guau! ¡La magia es genial! — exclamó maravillado Harry.
— Y tú eres adorable... — suspiró enternecida la prefecta de quinto año.
— ¿Qué tal si después de desayunar organizamos un concurso de juegos de ingenio con el resto de nuestros compañeros de casa? — propuso el prefecto intentando darle la mejor bienvenida a los tres primeros.
— ¡Sí! — celebraron dos de los tres primeros.
— Yo no sé si... No se me da bien los juegos... ¿Puedo ir a mi dormitorio?— se disculpó el ojiverde caminando ya hacía su cuarto.
— ¡No, Harry! ¡Tú no te vas!— gritó Blaise tomándolo del brazo para detenerlo.
— ¡No le grites!— siseó Theo dando un manotazo en la mano del moreno para que lo soltase.
— ¡No puede irse!— volvió a gritar el heredero Zabini encarando a su amigo.
— ¡Claro que no! ¡Pero no le grites! — se unió a los gritos el ojiazul sin darse cuenta de que ambos estaban asustando a Harry.
— ¡Suficiente! Mirad lo que habéis logrado con vuestros gritos — los hizo callar Penélope mirándolos con enfado y señalando al azabache que tenía la cabeza gacha y temblaba.
— Harry... Lo siento... Yo solo quería que te quedaras... — se disculpó de inmediato el italiano, tomando su mano con suavidad
— Yo también quiero que te quedes...— añadió Theo tomando su otra mano.
— Pero... A mí nunca me eligen en los juegos... — confesó Harry avergonzado.
— ¿Harry sabes lo que son los juegos de ingenio? — preguntó Roger muy preocupado por el comportamiento del menor, decidiendo que debía hablarle de ello a su jefe de casa.
— Noo... — admitió el ojiverde, negando con su cabeza.
— Son juegos muy divertidos que ponen a prueba tu inteligencia — informó Penélope tratando de animarlo.
— Pero yo no soy inteligente — gimió Harry haciendo un adorable puchero.
— El sombrero jamás te habría enviado aquí si no lo fueses — replicó Roger revolviendo su cabello.
— Eso es cierto, Harry — estuvo de acuerdo Theo pasando un brazo por sus hombros.
— Solo hace un mes que sabes del mundo mágico y ya sabes más que muchos magos que han nacido en hogares mágicos — añadió Blaise quien se sentía muy orgulloso de su amigo por lo rápido que se había adoptado y lo mucho que había aprendido.
— Supiste todas las respuestas de las preguntas de Pociones, y eran muy difíciles — habló Padma Patil desde la entrada de la sala común — Lo siento, no quería escuchar... Solo estaba aquí y... Y bueno, yo también pienso que eres inteligente.
— Gracias... Gracias a todos. No sabía que existía gente tan buena — agradeció emocionado el pequeño Potter mirando a todos con ojos llorosos.
Pasan la mañana en la sala común conociendo al resto de sus compañeros y jugando a juegos de lógica e ingenio, y para su sorpresa, aunque no para la de los demás, Harry terminó ganando alguno de los juegos.
Su jefe de casa los visitó poco antes de la hora del almuerzo y permitió que almorzasen allí.
Los prefectos aprovecharon para proponerle que el cuarto año fuese el tutor de los chicos.
El profesor de Encantamientos estuvo de acuerdo con la propuesta, el carácter protector de William encajaría a la perfección con esos tres chicos.
Prometió hablar con el cuarto año el mismo, y después de saludar a todos sus polluelos salió del nido para dirigirse al Gran Comedor.•°•—·—∞—♦—∞—·—•°•
Gracias por leer...
ESTÁS LEYENDO
¿Por qué no podemos ser amigos?
Fanfiction¿Qué pasaría si Harry hubiera hecho un amigo antes de iniciar su aventura en Hogwarts? ¿Y si ese amigo trajese otro amigo con él? ¿Y si esos nuevos amigos no estuviesen dispuestos a permitir que el ojiverde volviese con su horrible familia?