<<Cada derrota nos enseña algo que, tarde o temprano, nos llevará a una merecida victoria...>>
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Lionel, Smith y el auror Proudfoot se aparecieron en un parque cerca del número cuatro de Privet Drive, dónde los esperaban unas cuantas sorpresas muy poco gratas.
Petunia les abrió la puerta y se tensó al instante en cuanto le dijeron que eran mágicos.
Los invitó a entrar solo por temor a que los vecinos pudieran escuchar algo, pero no les daría ningún tipo de cortesía más.Vernon y Dudley estaban en la cocina, compitiendo para ver quién se dislocaba primero la mandíbula metiéndose cantidades descomunales de comida en sus bocas.
— Necesitamos hacerle algunas preguntas, señora Dursley — informó el auror con gravedad.
— No tengo por qué responder a sus preguntas — replicó la mujer mirándolo con gesto de asco.
— Debe hacerlo ya que está en juego la custodia de su sobrino — amenazó Lionel deseando acabar cuanto antes con esa visita.
— Pueden llevárselo — lo interrumpió Vernon escupiendo restos de su comida mientras hablaba — Nunca lo quisimos.
— ¿Está usted de acuerdo con su marido? — interrogó Proudfoot reprimiendo sus ganas de enseñarles un par de cosas a esos muggles.
— Claro... ¡Nos obligaron a criarlo! — respondió Petunia con tono furioso e indignado.
— ¿Quién? — cuestionó Smith mirándolo confuso. ¿Por qué no querrían al niño qué vivió?
— ¡Ese viejo chiflado! — gritó Vernon con su rostro de un feo tono púrpura.
— ¿Dumbledore? — preguntó Lionel recordando lo que había dicho Lord Nott sobre el director de Hogwarts abandonando al pequeño Potter en un mundo muggle.
— ¡Ese! ¡Lo dejaron en nuestra puerta por la noche! ¡Nadie nos preguntó si lo queríamos! — reveló Petunia levantando el volumen de su voz varios decibelios.
— Bien, hemos terminado aquí — decidió Proudfoot muy harto ya de ese par de muggles desagradables.
— Deberíamos llevarnos sus cosas — propuso Ritz mirando a su alrededor, y notando como pese a que había numerosas fotografías de los tres muggles no había ni una sola del heredero Potter.
— Sí, esa es una gran idea — estuvo de acuerdo el auror, girándose de nuevo hacia los muggles adultos que se pusieron muy nerviosos.
— No tiene nada aquí — replicó la mujer rápidamente, evidentemente no querían que viesen el armario bajo las escaleras.
— ¡Mamá! Todavía hay basura suya en su armario — la corrigió Dudley señalando la alacena para limpieza donde su primo había dormido durante diez años.
— ¿Su armario? — interrogó Proudfoot fulminando con su mirada a la mujer.
— Dudders, por qué no vas a tomar un poco de helado a la cocina mientras ves la tele — ordenó la señora Dursley con una tono de voz enfermizantemente dulce y empalagoso.
— ¡No puede mirar ahí! — gritó Vernon al ver al veterano auror abrir la puerta del lugar donde su sobrino había estado encerrado los últimos diez años.
— ¿Habitación de Harry? ¿Esta era su habitación? — gritó furioso el auror al ver el papel viejo y gastado escrito con letra infantil.
— ¿¡Cómo pueden... !? — se horrorizó Lionel dando un paso hacia atrás al ver el pequeño y húmedo espacio en el que había vivido el niño.
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¿Por qué no podemos ser amigos?
Fanfic¿Qué pasaría si Harry hubiera hecho un amigo antes de iniciar su aventura en Hogwarts? ¿Y si ese amigo trajese otro amigo con él? ¿Y si esos nuevos amigos no estuviesen dispuestos a permitir que el ojiverde volviese con su horrible familia?