53. La propuesta

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<<Cuando te encuentre sabré que es el fin del viaje...>>






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Tras abrazar a Isabella y Thadeus, los tres niños fueron dirigidos al enorme sofá del salón familiar para que se sentaran a escuchar los nuevos cambios que habría en la familia.

Los chicos se preocuparon al principio, todo era ya perfecto para ellos y no estaban muy felices de que ese "nuevo cambio" estropease lo que habían conseguido.

Lord Nott y Lady Zabini miraron a Severus, otorgándole la palabra. Ambos estaban de acuerdo en que debía ser el pocionista él que le dijese a Harry que quería adoptarlo.
El jefe de Slytherin, en un microsegundo de debilidad, los miro con ojos de cervatillo, pero pronto se recuperó, y tras coger aire empezó a hablar.

— Verás Harry, últimamente hemos estado pasando bastante tiempo juntos y... — empezó a hablar el pocionista, tragando saliva y mirándolo con nerviosismo.

— ¡Lo siento, señor! ¡No quería molestarlo! — lo interrumpió el ojiverde, sintiéndose muy avergonzado por no haberse dado cuenta que estaba imponiéndole su presencia a uno de sus profesores favoritos.

— Harry.... — llamó el ojinegro con voz suave, notando como el menor empezaba a entrar en pánico.

— ¡No me di cuenta de que estaba tomando todo su tiempo! ¡No volverá a pasar! — siguió disculpándose el niño, sin darse cuenta de la mirada preocupada que le dirigían todos los adultos.

— Shss... Respira... Adentro, afuera.... Muy bien... Otra vez... Adentro, afuera... Eso es, lo estás haciendo muy bien — susurró Severus, usando un tono aún más suave mientras se arrodillaba frente al pequeño y acariciaba su espalda.

— G-gracias  — murmuró Harry cuando se sintió más calmado.

— ¿Mejor? — preguntó el profesor de Pociones, usando su pañuelo para borrar los rastros de lagrimas en el rostro del menor.

— Sí... Yo... Lo s-siento — asintió avergonzado el azabache agachando la cabeza, incapaz de mirarlos después del show que acababa de hacer.

— No tienes que pedir disculpas, pequeño — replicó Thadeus, acercándose a él para dejar una caricia en su cara — No has hecho nada malo.

— Por supuesto que no — estuvo de acuerdo Isabella, consolando a los otros dos niños que no entendían qué estaba pasando.

— Harry, mírame — pidió Snape — Lo que te quería decir es que todo ese tiempo que hemos pasado juntos; preparando pociones, leyendo o debatiendo, han sido los momentos más felices de mi vida.

— ¿De verdad? — se sorprendió el ojiverde, mirándolo con una pequeña sonrisa.

— De verdad — asintió el pocionista,  devolviéndole la sonrisa — Te cuento todo esto porque quiero hacerte una pregunta.

— ¿Una pregunta? — cuestionó sorprendido el azabache, sin entender porque los habían sacado de Hogwarts para hacerle una simple pregunta.

— Sí — afirmó el ojinegro, atreviéndose por fin a hacer la gran pregunta — ¿Te gustaría que te adoptara?

— ¿¡Cómo!? — escupió Blaise, muy indignado con el hecho de que le querían robar a su hermanito.

— ¡¿Qué?! — gritó Theo, muy infeliz también con la idea de que alguien se llevase a Harry lejos de él.

¿Por qué no podemos ser amigos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora