¿Por qué no podemos ser amigos?

8. El inicio de una gran amistad

<<El único que merece brillar es él que no apaga las luces de los demás.>>

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Cuando llegó la bruja del carrito, los tres niños se apresuraron a sacar sus galeones, ansiosos por un atracón de dulces.
Harry se sintió confuso ya que no conocía ninguno de los dulces que la bruja ofrecía. Blaise lo resolvió fácilmente diciéndole que debería probar todos, y así sabría cuáles eran sus favoritos. El ojiverde no le vio ningún fallo a lógica de su amigo, así que compró casi la mitad del carrito.

Mientras disfrutaban de su botín de dulces, los chicos hablaban de la clasificación.

— Nosotros seguramente seremos clasificados en Slytherin — informó Blaise mientras le ofrecía una pluma de azúcar al ojiverde.

— Ojalá yo también pudiera ir ahí... Pero Hagrid parecía muy seguro de que estaría en Gryffindor, según él, todos los Potter han estado en la casa de los leones — se lamentó Harry, temiendo perder a sus nuevos amigos al estar en distintas casas.

— No importa en qué casa quedes, seguirás siendo mi amigo — aseguró el moreno pasando un brazo por sus hombros.

— ¿De verdad? — preguntó el pequeño Potter todavía con dudas de que alguien quisiese estar cerca de él.

— Te lo prometo.

— G-gracias, yoo... — tartamudeó el ojiverde sin saber cómo podría agradecer tanta amabilidad.

— Yo también seré tu amigo si tú quieres — ofreció el heredero Nott con timidez.

— ¡Claro que quiero! — exclamó con felicidad el ojiverde, rebotando emocionado en su asiento.

— Bien — asintió en conformidad Theo, dedicándole una sonrisa al otro niño.

— Causaremos algo de sensación — anunció Blaise con una enorme sonrisa de satisfacción.

— ¿Por qué? —  preguntó inocentemente Harry.

— Las casas de Slytherin y Gryffindor no se llevan muy bien que digamos...— contestó el ojigrís mirándolo con cautela y sin querer revelar más de lo necesario.

— No decía nada eso en Hogwarts, una historia — murmuró el heredero Potter, volviéndose a preocupar de nuevo.

— Bueno, supongo que eso es porque la enemistad es posterior a el libro — supuso el ojiazul, encogiéndose de hombros.

— Pero tú no tienes que preocuparte por eso, nosotros seremos amigos igual— lo tranquilizó el italiano, pasándole otro dulce.

— Claro, y nos sentaremos juntos en todas las clases que tengamos en común— añadió Theo, intentando consolarlo.

— ¿No tendremos las mismas clases? — preguntó cada vez más preocupado Harry, de ser así Hogwarts no sería tan genial como pensaba.

— Sí, pero tendremos distintos horarios. Las clases suelen ser con dos casas, pero algunas son con las cuatro casas — explicó con paciencia el heredero Nott.

— Espero que al menos estemos juntos en Pociones — murmuró esperanzado el ojiverde, había esperado trabajar junto a Blaise.

— ¡Oh no! ¡Otro fanático de las Pociones! — se lamentó dramáticamente el ojiazul.

— ¿No te gustan?

— Claro que sí, pero prefiero Runas o Astronomía — confesó Theo entre risas.