<<Si la vida te da la espalda, gírala y enfrentala...>>
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Desde el momento en que se sentó en la mesa de Ravenclaw, Harry miró con insistencia la mesa desde donde desayunaba la casa Slytherin, recorriendo a todos los estudiantes con túnicas verdes, pero si encontrar al que buscaba.
Por supuesto, el ojiverde buscaba a Marcus Flint, pero el capitán del equipo de quidditch no parecía estar con el resto de sus compañeros lo que lo estaba frustrando mucho.
Harry no quería irse sin despedirse de Marcus, y no encontrarlo le producía miedo y ansiedad.
Por suerte contaba con dos grandes amigos que se dieron cuenta al instante de su estado desesperado, y lo tranquilizaron prometiéndole que lo buscarían en el tren.Unos carros voladores los llevaron a la estación en tan solo unos minutos, algo que a cierto ojiverde le supo a poco.
Will los ayudó a bajar cuando llegaron y los acompañó hasta un compartimento vacío, dónde se instalaron con sus enormes y pesados baúles.
El alegre y protector tutor se despidió de los tres primeros deseándoles un buen viaje y un muy feliz Yule.Justo cuando Harry estaba a punto de preguntarles a sus amigos si podían ir ya a buscar a Marcus, la puerta del compartimento se abrió dejando ver al objeto de su búsqueda.
El prefecto de Slytherin había visto salir al tutor de Harry del compartimento, y supuso que el ojiverde viajaría allí ya que el ravenclaw de cuarto año era un mamá gallina con los tres primeros y seguramente habría querido asegurarse de que se subiesen al tren.— ¡Marcus! ¡Estaba muy preocupado por ti! No te vi en el desayuno... — exclamó Harry en cuanto lo vio, saltando de su asiento para revisar que "su hermano mayor" no tuviese ninguna lesión.
— Tenía cosas que hacer... ¿Listo para tu primer Yule, pequeño rey? — preguntó el prefecto de Slytherin revolviéndole el cabello con cariño.
— Creo que sí... — asintió dudoso el ojiverde, volviendo a su asiento frente a Theo.
— ¡Claro que lo está! — exclamó el ojiazul, sintiéndose celoso del mayor como cada vez que éste interactuaba con el azabache.
— Bueno, por suerte tendrás unos días extras para prepararte — lo animó el slytherin sentándose a su lado e ignorando los celos del heredero Nott — Supongo que tendremos que agradecerle al viejo daltónico por su incompetencia...
— ¡Sí, claro! — resopló Blaise, rodando los ojos, como si el fuera a agradecerle algo al anciano daltónico.
— Por su culpa han suspendido los exámenes — murmuró con molestia Theo recibiendo un asentimiento conforme del ojiverde.
— Otro motivo para celebrar — replicó divertido Marcus sin entender por qué dos de los ravenclaw estaban tan molestos por ello.
— Pero Marcus... ¿Cómo sabremos si lo estamos haciendo bien si no hay exámenes? — cuestionó Harry arrugando el ceño con preocupación.
— No necesitas ningún examen para saber que estás por encima de cualquier otro primer año — aseguró el prefecto dejando una caricia en su rostro antes de mirar a los otros dos ravenclaw — Y vosotros tampoco. Los tres sois astutos e inteligentes, además de poderosos mágicamente.
— Gracias, Marcus — agradeció el heredero Potter dándole un abrazo — Y tú por supuesto eres el más genial de todos.
— Bueno, desde luego es el mejor en Runas — admitió Theo a regañadientes.
— Que no te escuche tu padre decir eso o te deheredará — se burló el slytherin notando la tensión del ojiazul hacia él cada vez que estaba cerca de su pequeño rey.
— Quería decir que eres el mejor de Hogwarts, mi padre es el mejor del mundo — aclaró el heredero Nott mirándolo con la nariz levantada.
— Estoy de acuerdo con ambas cosas — asintió Marcus aguantando la risa.
— ¿Harás una maestría en Runas? — preguntó Blaise mientras ofrecía dulces a todos.
— Solo por eso sigo en Hogwarts... — respondió el pelinegro aceptando una pluma de azúcar— Ningún maestro me aceptará sin haberme graduado.
— ¿Qué es una maestría? — interrogó el ojiverde mientras abría una rana de chocolate.
— Es un aprendizaje en la materia a la que quieres dedicarte — le explicó el mayor con voz suave y paciente.
— ¿Entonces tu maestro será el papá de Theo? — preguntó Harry mirándolo con los ojos brillantes y jubilosos, mientras en su mente celebraba la noticia de que seguiría viendo a su hermano mayor una vez que éste terminase sus estudios en Hogwarts.
— Lord Nott es un hombre ocupado, hace años que no acepta aprendices — respondió el prefecto intentando ocultar lo mucho que lo decepcionada ese hecho.
— Podría hablar con él, y tal vez... — ofreció Theo leyendo correctamente la amargura del estudiante más mayor.
— Te lo prohíbo — siseó Flint dedicándole una mirada de muerte.
— ¿Por qué? Si el papá de Theo es el que más sabe, ¿por qué no aprender de él? — cuestionó el ojiverde poniendo una mano sobre el brazo del slytherin, logrando disipar su furia al instante.
— El vínculo maestro-aprendiz tiene que ser natural, sin que terceras personas intervengan haciendo chantajes emocionales... — respondió Marcus mirando con una mueca de desagrado al ojiazul.
— ¡Yo no hago eso! — protestó el heredero Nott con las mejillas enrojecidas por la vergüenza.
— Todos saben que tu padre no puede negarte nada — le recordó el pelinegro rodando los ojos con obviedad.
— Puede ser, pero eso no me convierte en Malfoy — replicó el ojiazul muy ofendido de ser comparado con un idiota mimado.
— No han sido esas mis palabras. Me encantaría aprender de tu padre, pero el eligió un camino y debemos respetarlo — aclaró el slytherin, apaciguando rápidamente al niño ofendido.
— ¿Sabes que estás siendo muy poco slytherin, verdad? — lo cuestionó Blaise, mirándolo con una ceja alzada y una mueca de burla.
— Me importa una mierda — respondió el prefecto encogiéndose de hombros con indiferencia.
— Marcus... — lo llamó el ojiverde tirando de la manga de su túnica.
— ¿Sí, pequeño rey? — preguntó el heredero Flint suavizando su rostro mientras se giraba hacia el menor.
— ¿Puedes contarme la historia de los tres hermanos? — pidió el azabache sonriéndole con timidez.
— ¿Otra vez? — preguntó con voz cansada el pelinegro.
— Porfi... — rogó Harry mirándolo con ojos brillantes y suplicantes.
— Érase una vez tres hermanos que viajaban en el medio de la noche... — empezó a narrar Marcus sin poder resistirse a los ojos de cachorro de su pequeño rey.
Solo unos minutos después, Harry estaba profundamente dormido sobre el hombro de Marcus.
El prefecto de Slytherin sonrió al rostro dormido y, bajo la mirada furiosa y celoso de Theo, lo movió con cuidado hasta poner la la cabeza de Harry sobre su regazo, dejándolo dormir mientras acariciaba su pelo.El resto del viaje en tren fue tranquilo, el resto de los chicos también aprovecharon para dormir un poco tras un intenso inicio de curso.
Las vacaciones estaban por comenzar y necesitaban toda su energía para disfrutarlas al máximo.•°•—·—∞—♦—∞—·—•°•
Gracias por leer...
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¿Por qué no podemos ser amigos?
Fanfictie¿Qué pasaría si Harry hubiera hecho un amigo antes de iniciar su aventura en Hogwarts? ¿Y si ese amigo trajese otro amigo con él? ¿Y si esos nuevos amigos no estuviesen dispuestos a permitir que el ojiverde volviese con su horrible familia?