40. Bienvenido a tu hogar

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<<Pensar es gratis, pero no pensar te sale un ojo de la cara...>>



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Con Dumbledore lejos de los oídos del ministerio, fue fácil para Isabella registrar la custodia de Harry James Potter-Zabini. Como todos los que querían a Harry sabían, el viejo habría hecho un gran escándalo, convirtiendo la adopción en un espectáculo para la prensa.
Y aunque eso podría haber resultado realmente molesto ni siquiera habría sido lo peor, ya que conociendo al director habría hecho todo lo posible para recuperar el control del ojiverde.

Después de hablarlo mucho, tanto Isabella como Thadeus estuvieron de acuerdo en esperar a la celebración de año nuevo para comunicarles a los niños la feliz noticia.
Después de todo era una noticia tan maravillosa que de alguna manera se convertiría en una especie de buen augurio para el nuevo año.

Pese a querer esperar para dar la noticia, decidieron mudarse a la mansión Zabini ese mismo día para que Harry pudiese conocer su nueva casa desde ya.
Theo y Blaise no entendieron por qué sus padres tomaron esa decisión de último momento, pero estaban demasiado entretenidos enseñándole a jugar a Harry al ajedrez mágico como para darle demasiada importancia.

En cuanto los chicos y los adultos terminaron de llenar sus baúles se reunieron en la chimenea principal para viajar por flu a la mansión Zabini.
Como Harry era nuevo en eso, Thadeus decidió llevarlo con él para evitar accidentes o aventuras no deseadas.

— ¿Qué te parece, Harry? — preguntó Isabella en cuanto el niño salió de la chimenea.

— ¡Es hermosa! Y los colores... Son tan... — balbuceó el ojiverde mirando a su alrededor con gesto extasiado, esa mansión era enorme pero se veía como un hogar.

— ¿Harry? Creo que lo hemos perdido... — comentó Theo con una sonrisa divertida mientras sacudía su mano para llamar la atención de su amigo.

— Lo siento... Es solo que los colores son tan luminosos y cálidos... Es como si nada malo pudiese pasar aquí... — murmuró avergonzado el azabache, todavía mirando los colores y las decoraciones de la mansión.

Thadeus e Isabella se miraron entre sí sin poder dar crédito aún a las palabras del pequeño. Se hicieron un pequeño asentimiento que pasó desapercibido para los tres niños, ambos estando de acuerdo, no tenía ningún sentido esperar para contarles la gran noticia, ya que en realidad no encontrarían un momento más perfecto que ese.

— No tienes que disculparte, caro. Me alegro mucho de que te guste la mansión y sus colores... ¿Sabes por qué? — interrogó la italiana, acariciando la mejilla del niño y mirándolo con amor.

— ¿Porque es tu hogar? — intentó adivinar Harry frunciendo el ceño pensativo.

— No, esa no es la razón. ¿Quieres saber cuál es? — preguntó de nuevo Lady Zabini con tono dulce.

— Sí, por favor — asintió el ojiverde muriéndose de la curiosidad.

— Porque esta será tu nueva casa desde ahora — confesó Isabella, aguantando la respiración mientras esperaba la reacción del menor.

— No entiendo... — negó el pequeño Potter, sintiéndose muy desconcertado por las palabras de la mamá de su amigo.

— Isabella te ha adoptado, Harry. La mansión Zabini será desde ahora tu nuevo hogar, y por supuesto la mansión Nott será otro hogar para ti— informó Thadeus, preocupándose un poco al ver la falta de reacción del niño.

— Y-yo.. N-no sé q-qué d-decir... — dijo entre tartamudeos el azabache y con los ojos llenos de lágrimas.

— ¡Grazie, mamma! ¡Por fin me das un hermanito! — celebró Blaise entre saltos y gritos.

— ¿Estás contento, Harry? — preguntó Theo mirando al ojiverde, quien parecía estar paralizado.

— S-sí... — asintió el pequeño Potter, reaccionando por fin antes de abrazarse a la cintura de la bruja— Gracias.

— A ti, piccolo — devolvió la italiana, agachándose para devolverle el abrazo.

— Bienvenido a la familia Nott-Zabini— intervino Lord Nott acariciando su espalda mientras el menor se encontraba secuestrado entre los amorosos brazos de su nueva madre.

— Lo que Thadeus quiere decir es : Benvenutto  a la famiglia Zabini-Nott — replicó Lady Zabini separándose del abrazo para mirar mal a su amigo.

— Suena como la mejor familia del mundo — murmuró el ojiverde sonriendo brillantemente.

— No te equivocas, hermanito — asintió Blaise, dándole un abrazo y obligándolo a unirse a sus saltos de celebración.

— ¿Estás demasiado cansado para elegir tu dormitorio? — preguntó Isabella, rescatando a su hijo menor de la efusividad de su hijo mayor.

— Y-yoo...

— Podemos compartir dormitorio — ofreció el heredero Zabini saltando emocionado alrededor del ojiverde.

— No. Harry tendrá su propio dormitorio y lo decoraremos a su gusto — aclaró su madre usando un tono firme que no admitía réplicas.

— Gracias — susurró muy emocionado el azabache, nunca había tenido un cuarto solo para él, aunque tampoco le importaba compartir con Blaise.

— Vamos, hermanito — dijo el pequeño italiano, pasando un brazo por sus hombros y dirigiéndolo hasta la escalera — Deberías escoger la habitación enfrente de la mía...

— ¡Blaise!— reclamó la matriarca Zabini, dándole a su hijo una mirada de advertencia.

— Valeeee... Escoge el que quieras — se rindió el moreno haciendo un puchero.





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Gracias por leer...

¿Por qué no podemos ser amigos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora