<<Ser de la resistencia significa no rendirse nunca, incluso cuando todos piensan que lo has hecho ya ..>>
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Después de la charla, Thadeus y Harry regresaron a la tienda de túnicas en busca del resto de la familia para así volver todos juntos a casa.
Ya casi era la hora de la cena para cuando regresaron del callejón Diagon, y los tres niños estaban hambrientos después de una intensa jornada de conpras.Los tres niños, pese a estar cansados por el día ajetreado, se mantenían muy animados, aunque los dos adultos esperaban que tras un baño se relajaran lo suficiente para que no discutieran con ellos cuando los enviaran a dormir.
Y eso fue lo que pasó, cuando terminaron de cenar, enviaron a los chicos a bañarse y ponerse el pijama.
Cuando fueron a verlos tres cuartos de hora más tarde, los tres niños dormían profundamente en la cama de Theo.Sonrieron divertidos al verlos amontonados unos sobre otros, y con cuidado los levitaron para acomodarlos un poco mejor.
Ni un minuto más tarde vieron como Theo, sin despertarse, se movía para abrazar protectoramente al ojiverde.
Los adultos se sorprendieron con la acción del heredero Nott pero decidieron no darle muchas vueltas y salieron del dormitorio.El veinticuatro por la mañana los chicos bajaron las escaleras descansados y felices. Thadeus e Isabella los esperaban ya para desayunar.
Harry se sorprendió mucho al encontrar algunos dulces muggles navideños en el menú, y explicó detalladamente a sus amigos todo lo que sabía de ellos, que no es que fuera mucho ya que jamás habían estado permitidos para él.
Pero eso no le importaba ahora, mientras disfrutaba probándolos por primera vez junto a sus mejores amigos.
Ahora se alegraba de no haber tenido acceso a ellos ya que así podía saborearlos por primera vez en la mejor de las compañías, por lo que sería un recuerdo que asesoraría para siempre.Tras el desayuno todos fueron a buscar los regalos que habían comprado y los colocaron bajo el árbol.
Isabella tuvo una gran idea y convocando una cámara de fotos mágica, se dedicó a hacerles numerosas fotos a los niños, para que nunca olvidasen este día, y lo felices y unidos que se habían sentido.La sesión de fotos, que incluyó fotos de los adultos también, duró hasta que un elfo doméstico vino a avisarles que el almuerzo estaba listo.
Mientras comían, Isabella anunció que había decidido hacer ella misma la cena de Nochebuena.— ¿Qué os gustaría hacer por la tarde, chicos? — preguntó Thadeus mientras disfrutaban del postre.
— Hmmm.... Podemos ir a la biblioteca a buscar información sobre hechizos de... — propuso Theo frotando su barbilla pensativo.
— ¡¡¡Aburridoooo!!! Mejor vamos a volar — lo interrumpió Blaise odiando la idea de pasar toda la tarde estudiando.
— ¿Y a ti qué te gustaría hacer, Harry? — cuestionó Lord Nott evitando una pelea entre los dos amigos desde la infancia.
— Los dos planes están bien... — respondió el ojiverde encogiéndose de hombros. Él no quería elegir entre sus amigos, jamás podría hacerlo.
— ¡Tengo uno mejor! Mamma puede enseñarnos sus venenos — exclamó entusiasmado el heredero Zabini sabiendo que con un plan así, Harry estaría de su parte.
— Lo siento, amore — se disculpó la italiana adivinando los planes de su hijo — Pero recuerda que esta tarde voy a ocuparme de preparar un auténtico banquete de Nochebuena para que todos lo disfrutemos esta noche.
— ¿Puedo ayudar? — preguntó Harry, animándose al instante, hacía mucho que no cocinaba.
— No es necesario — negó Isabella rápidamente, el banquete era para agasajar al niño, no para ponerlo a trabajar.
— Pero... — protestó el azabache con un puchero, él realmente deseaba volver a los fogones.
— Los niños no cocinan, Harry. Los niños tienen que jugar y divertirse — lo interrumpió Thadeus con voz firme, no permitiría que él niño pensase que debía trabajar para comer, como había descubierto que hacían sus parientes muggles.
— Pero a mí me divierte cocinar — replicó el ojiverde con el ceño fruncido y gesto decidido.
— Harry, eso no... — intentó convencerlo el mago de adulto.
— ¿De verdad te gusta cocinar, Harry? — preguntó Theo mirándolo con confusión.
— Sí, es un poco como preparar pociones, aunque el resultado es mucho más sabroso — asintió el pequeño Potter con una pequeña sonrisa.
— ¡Sei un bambino! No deberías cocinar... — protestó la matriarca Zabini levantándose de la mesa bruscamente.
— ¡Tuve que hacerlo para sobrevivir! — reclamó el azabache con furia, deteniéndose rápidamente al darse cuenta de que había gritado a la mamá de su amigo — ¡Lo s-siento! Yo n-noo...
— Está bien, pequeño. Nadie está enfadado contigo — lo tranquilizó Thadeus con tono suave, y frotando círculos en su espalda para calmarlo.
— ¡Lo siento, piccolo! — se disculpó Isabella, acercándose a él para besar sus mejillas, algo que hizo sentir muy feliz al niño, alguien muy necesitado de amor maternal.
— Antes me obligaban a cocinar auténticos banquetes para una familia que no me quería, y odiaba tener que hacerlo... Pero sí me gusta cocinar, y me gustaría cocinar el mejor de los banquetes para una familia que no me odia... — confesó el ojiverde mientras la matriarca Zabini acariciaba su cabello con amor.
— Creo que en realidad querías decir una familia que SÍ te quiere — lo corrigió Blaise mirándolo con una ceja alzada y una sonrisa presumida.
— Me gustaría cocinar para una familia que sí me quiere — repitió con una enorme sonrisa de felicidad el pequeño Potter.
— ¡Bene! Me encantaría tener tu ayuda, amore — aceptó por fin la italiana logrando una brillante sonrisa del más pequeño.
Una vez en la cocina, el ojiverde demostró que sabía lo que hacía, y más que ser una gran ayuda para Isabella se convirtió en un auténtico chef, mostrando una seguridad que no le había visto nunca.
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Gracias por leer...
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¿Por qué no podemos ser amigos?
Fanfiction¿Qué pasaría si Harry hubiera hecho un amigo antes de iniciar su aventura en Hogwarts? ¿Y si ese amigo trajese otro amigo con él? ¿Y si esos nuevos amigos no estuviesen dispuestos a permitir que el ojiverde volviese con su horrible familia?