43. El nuevo director

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<<No sigas el ritmo de relojes ajenos...>>




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Solo unos minutos después de que Marcus se fuera, recibieron la visita de Will, quién se tomaba su papel de tutor y hermano mayor muy en serio, y había ido a comprobar cómo estaban.
Harry compartió la increíble noticia de su adopción y Will lo felicitó con un efusivo abrazo de oso.

El estudiante de cuarto año no solo estaba feliz por el pequeño ojiverde, también estaba enormemente aliviado del cambio de vivienda, ya que intuía que el menor de los águilas no vivía en un hogar muy agradable que digamos.

Sonrió al ojiverde quien parloteaba felizmente sobre su nuevo dormitorio y sus regalos de Yule. No quedaba nada de ese niño débil y frágil, tan necesitado de afecto y asustado de todo su alrededor.
Tan solo habían pasado tres semanas desde la última vez que lo había visto, pero el cambio en el azabache era muy notable.
Harry había engordado y sus mejillas estaban mucho más rellenas y sonrojadas, pero el mayor cambio eran sus ojos, éstos brillaban tanto que empezaba a pensar que alumbrarían incluso en la más absoluta obscuridad.

Mientras los cuatros debatían sobre los diferentes núcleos usados en las varitas, recibieron la visita de Roger.
El prefecto los saludó y les preguntó por sus vacaciones antes de comunicarles que en cuanto llegasen a Hogwarts debían ir inmediatamente a su sala común, ya que su Jefe de Casa quería hablar con ellos.

— Eso es la confirmación de una renuncia anunciada — bufó Blaise dejando ver lo poco que le gustaba lo que estaba pasando.

— Es muy considerado de su parte no dejar que nos enteremos por otras fuentes — intentó apaciguarlo el prefecto, aunque él tampoco estuviese feliz de perder a su Jefe de Casa.

— Supongo... — admitió el moreno a regañadientes — Pero habría sido aún más considerado si hubiese rechazado el puesto de director.

— ¿Quién crees que será nuestro nuevo Jefe de Casa, Theo? — preguntó el ojiverde, dándose cuenta de que el ojiazul no había dicho nada desde hacía un buen rato.

— No lo sé, pero no creo que sea ninguno de los profesores que ya conocemos — comentó pensativo el heredero Nott, recibiendo un asentimiento de conformidad de Roger, quién pensaba exactamente lo mismo.

El prefecto de Ravenclaw salió del compartimento para continuar con sus tareas, mientras los tres primeros se quedaban en silencio durante el último tramo de viaje, cada uno enfrascado en sus propios pensamientos.

En cuanto llegaron al castillo, fueron directamente a su sala común tal y como les había pedido Roger.
Por el camino se fueron encontrando con el resto de los Ravenclaw que también acudían al llamado de su Jefe de Casa.

Filius Flitwick estaba ya esperándoles allí para anunciar que hay un nuevo director.
El profesor miraba confuso a sus estudiantes, sin entender la falta de entusiasmo de sus polluelos, ya que no estaba al tanto de los rumores que había sobre él como nuevo director.

— El nuevo director se presentará durante la cena de bienvenida — comunicó el medio gobblin sintiéndose muy intrigado por las caras largas de los chicos — Creo que os gustará bastante.

— Sí, seguro que sí — bufó un alumno de cuarto año rodando sus ojos con incredulidad.

— Está bien, polluelos... Creo que es hora de que me contéis que os tiene tan desanimados — solicitó el jefe de casa sin aguantar más las caras tristes y serias de sus pequeños.

— El nuevo director... — respondieron con muy poco entusiasmo algunos de los ravenclaw.

— El director Buchanan es un buen hombre, y estoy seguro de que... — trató de animarlos Filius bastante sorprendido de que no se alegraran del despido de Dumbledore.

— ¿Buchanan? ¿Ese es el nombre del nuevo director? — preguntó Roger Davis mirándolo con ojos esperanzados.

— Así es... — asintió el medio gobblin empezando a pensar que sus chicos habían sido hechizados, ya que de repente todos estaban saltando de alegría mientras lanzaban diversas exclamaciones de júbilo y victoria.

— ¿Alguien va a contarme por qué estáis tan felices de repente? No es que me moleste, al contrario, pero... — preguntó confuso el profesor de Encantamientos mirando las celebraciones de sus polluelos con una sonrisa benevelonte.

— Todos creíamos que usted sería el nuevo director — respondió por todos una sonriente Penélope.

— ¡¡Ahhh!! ¿Y os alegra que no lo sea? — sonrió el profesor Flitwick empezando a entender qué estaba pasando.

Un rotundo sí de toda su casa eliminó de golpe cualquier duda que Filius pudiera haber tenido sobre lo querido que era para sus polluelos.

— Habría sido genial como director, pero los Ravenclaw lo necesitamos para que nos guíe y aconseje — explicó con timidez Harry mirando a su profesor con reverencia y admiración.

— Muchas gracias por tus bonitas palabras, pequeño — agradeció Filius con los ojos brillantes por la emoción de las palabras del más pequeño de sus polluelos.

— ¿Es lo que todos pensamos, verdad? — aseguró el ojiverde girándose para mirar a sus compañeros.

Un estrenduoso sí volvió a sonar por toda la sala común, haciendo sentir muy querido y valorado al pequeño profesor.

Tras el momento emotivo, Filius aprovechó para comunicarles que también habría nuevos profesores.
Les aseguró que un nuevo y mejorado Hogwarts estaba a su disposición y que debían aprovechar la oportunidad.
Eso desencadenó un sinfín de preguntas, que el Jefe de Ravenclaw respondió pacientemente, calmando las mentes inquisitiva de sus polluelos.

Cuando las águilas estuvieron más calmadas, todos se dirigieron al Gran Comedor para unirse al resto de los alumnos en la cena de bienvenida.

La casa Ravenclaw al completo estaba deseando conocer al nuevo director, y por supuesto, a los nuevos profesores de los que esperaban aprender mucho.




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