13. Sin ella

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Habían pasado dos semanas desde que Alex se había marchado para no regresar, mientras su hermana seguía pensando en qué era lo mejor que podía hacer para ayudarla.

Kara hubiera querido poder explicarle a Lena lo que había pasado, pero sabía que Mike tenía razón, debía pretender que todo estaba bien con Alex para que ella pudiera estar a salvo. No sólo extrañaba a su hermana, también sentía que cada día que pasaba lastimaba más a Lena y a la vez a ella misma. ¿En qué momento la vida se había vuelto tan dolorosa? Se suponía que estos tenían que ser los mejores años de su vida.

No dejaba de repasar la última conversación con Lex en su cabeza, él le había prometido que dejaría en paz a Alex si ella dejaba a Lena. Deseaba no haber sido tan grosera y provocar el enojo de Lex, sentía como si fuera su culpa todo lo que estaba pasando.

Todo lo que le había contado Mike a Kara parecía tener sentido, pues casualmente Lex y Alex habían decidido irse la misma noche en que la vida de todos cambió. Seguro Lex se había molestado por la amenaza de Lena y no había medido las consecuencias de sus actos.

Alex le había pedido ser feliz, pero le resultaba imposible, sólo quería que su hermana regresara a casa y todo esto fuera una maldita pesadilla.

El dolor y la preocupación por Alex empezaba a alterar sus pensamientos y a la vez  sus decisiones. Volvió a leer la carta de Alex y lloró al llegar a la parte de Sam.

Su hermana estaba dispuesta a dejar a Sam y eso sólo significaba que el peligro era lo suficientemente real, de lo contrario, Alex jamás se habría ido de esa forma. Nadie mejor que Kara para saber lo mucho que Alex amaba a Sam.

El problema es que a diferencia de su hermana mayor, Kara no se creía capaz de renunciar al amor de Lena. No al menos por el momento, todavía tenía tanto por pensar. Justo en estos momentos era cuando más necesitaba estar con Lena, pero no parecía la mejor idea... Jamás iba a poder contarle la verdad y una relación sin confianza no llegaría muy lejos.

Kara sólo podía hablar con una persona y esa era Mike, nunca cuestionó las cosas que él le decía, porque Mike sabía mezclar la verdad con la mentira, de tal forma que parecía que todo lo que decía era cierto.

Kara en aquel entonces tenía diecisiete años, estaba preocupada por su hermana y confiaba en el que creía su mejor amigo. Ojalá hubiera querido indagar un poco más en los hechos y quizá su vida hoy estaría junto a Lena, pero lamentablemente no lo hizo.

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Estos días intenté ser extremadamente comprensiva con Kara, pensaba que extrañaba a su hermana y que quizá también estaba preocupada por la salud de la madrina de Alex. Así como era el corazón de Kara, no me sorprendía pensar que eso era lo que le estaba ocurriendo a ella.

Lo único que no entendía es por qué Kara cada vez era más distante conmigo y ahora ella era quien parecía buscar cualquier pretexto para estar con Mike. Me dolía que era él a quien recurría cuando se sentía mal o que él fuera el único que a veces conseguía poner una sonrisa en su rostro.

No sabía qué pasaba por la mente de Kara, pero algo me decía que la estaba perdiendo. ¿Cómo podíamos volver a ser lo que éramos?, ¿En qué momento nos habíamos perdido, Kara? Me hacía tantas preguntas, pero nunca obtuve respuestas, únicamente recibí dolor.

Pese a que Mike estaba lejos de ser una persona que yo quisiera y aunque que yo estaba consciente de su amor por Kara, decidí no entrometerme en su amistad.

Yo sólo quería que Kara estuviera mejor, por lo que nunca le reclamé nada ni siquiera sentí celos. Cada vez que la observaba podía notar su mirada vacía y triste. Quizá no debí ser tan comprensiva y tomar cartas en el asunto, porque nunca supe cuando la amistad con Mike se había convertido en un repentino amor, del que ya no hubo marcha atrás.

El corazón insiste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora