Kara me dijo que quería hablar conmigo y sentí miedo al escuchar esas palabras, tal vez era yo que presentía el final, aunque me negaba a aceptar la realidad. Decidí que sí hablaríamos, pero lo haríamos a mi manera. Haría lo posible por demostrarle a Kara que mi amor por ella estaba intacto y que la entendía.
Sentía que Kara y yo nos debíamos una buena conversación, sin que nadie nos pudiera interrumpir. Así que fui a buscarla a su casa y proponerle una escapada juntas. Ella dudó en aceptar, por supuesto, pero al final terminó accediendo.
—¿A dónde vamos, Lena?—Me dio risa no saber que contestarle, Kara me miró extrañada y quise ser honesta con ella.
—Eso todavía no lo decido, lo iremos descubriendo en el camino.—En algún momento yo había pasado de ser una persona que planificaba cada mínimo detalle, a sacarme viajes de la nada, hasta yo me sorprendía de mis nuevas actitudes.
—No creo que esto sea una buena idea.
—Probablemente no, pero gracias por acompañarme.
—No quería dejarte sola en una locura como esta.
—Espero que este sea uno de los mejores días de nuestras vidas y puedas olvidarte al menos un día de la tristeza.
—Estoy necesitando de un día así.
—Y lo tendrás, lo prometo. Hoy sólo existimos tú y yo.
—Será como tú quieras, Lena.
—Sé que íbamos a esperar a nuestro segundo aniversario para hacer nuestro gran viaje, pero pensé que podíamos tener un adelanto.
—Fue una buena decisión, Lena. Faltan muchos meses y bueno, podrían pasar tantas cosas. Mejor disfrutar el presente como si se fuera a acabar el mundo.—Tal vez el mundo no se acabó y la vida siguió su curso, pero yo nunca pude ser la misma. Un mundo en el que Kara ya no me amaba, era un lugar oscuro y triste.
Paramos en la primera ciudad que nos encontramos, tampoco quería desperdiciar el tiempo que teníamos viajando. Lo primero que hice fue comprar un helado de chocolate para Kara.
—Gracias, Lena.—Kara debía sentirse lo suficientemente mal para no sonreír cuando comía su helado favorito, pero esperaba que aunque sea un poco, lo estuviera disfrutando.
—¿No te gusta el helado?
—Sí, está muy rico... Es sólo que me recuerda el día en que me contestaste que yo te gustaba.—En ese momento no entendí por qué ese recuerdo parecía dolerle y la verdad es que sigo sin saber esa respuesta.
—Recuerdo ese día con el mayor de los cariños. Sé que tenía miedo, pero fuiste venciendo todas mis barreras y ganándote por completo mi corazón.
—Ay, Lena. No me haces las cosas fáciles...
—¿A qué te refieres?
—No, no me prestes atención.
—Tenemos que encontrar un lugar para pasar la noche.
—Pensé que sólo estaríamos un par de horas.
—Te dije que este día es especial y único. Comparte este día conmigo, mi amor, por favor.
—Lena, es que yo... Yo... Yo me arrepentiré de esto probablemente, pero sí, me quedaré contigo.
—Gracias, Kara.
—No, por favor, lo que menos quiero es que me agradezcas algo.—Por más que quiso resistirse, Kara terminó divirtiéndose conmigo, creo que conseguí que al menos por un momento pudiera olvidarse de todo el dolor que sentía. Jugamos como si fuéramos unas niñas, hasta que la lluvia se hizo presente y tuvimos que correr a refugiarnos. Nos quedamos en un pequeño hotel, Kara y yo compartiríamos habitación, pero no cama, tampoco quería que ella se sienta incómoda o nerviosa.
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El corazón insiste.
FanfictionAños atrás, Lena Luthor le había entregado todo su corazón a Kara Danvers, sólo para terminar con el alma rota y empezar una nueva vida. Después de tanto dolor y con el paso del tiempo, ambas creyeron que su historia tristemente había terminado por...