28. Lorena

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—¿Vas a salir tan temprano, Lorena?—Lorena se sobresaltó, juraría que su madre no estaba en casa, había demasiado silencio y se asustó al escuchar su voz.

—Pensé que no estabas en casa, mamá. Iba a buscar a Luis y pasar el tiempo juntos, juro que te estaba escribiendo para avisarte.

—Antes de ver a Luis, tú y yo debemos conversar sobre algunas cosas.

—Déjame adivinar. ¿Quieres hablar sobre Alexa?—Lorena se estaba preparando mentalmente para esa conversación con su madre, pero no era lo que ella pensaba.

—Más bien quiero que hablemos de su madre. Es hora de que sepas lo que ha sido en mi vida Kara Danvers y si después de escucharme quieres estar con Alexa, yo... Yo juro que lo respetaré y te apoyaré, hablo en serio.

—Eres la persona en la que más confío, mamá. Así que estoy dispuesta a escuchar tu historia atentamente y a intentar entenderte, así no lo consiga.

—Gracias, hija. Nunca te hablé de esto, bueno a nadie más que a Sam, pero antes de conocer a tu padre, me enamoré perdidamente. Y por más increíble que suene, la persona de la que te estoy hablando, es Kara, quien resultó ser la madre de Alexa.

—No esperaba escuchar esto, mamá.

—Ni yo cuando la vi al lado de Alexa, no era algo para lo que estaba preparada.

—Me imagino.

—Todo empezó hace veinte años, yo perdí la cabeza por ella y posteriormente el corazón. Nunca sentí un amor tan grande por alguien, pero tampoco creí sentir un inmenso dolor como el que ella me dejó. Pensé que teníamos la relación más hermosa del mundo e hicimos tantos planes y promesas, pero un día todo terminó.

—¿Por qué?

—Esa pregunta me atormentó siempre, hija. Más de una vez me pregunté por qué o cuándo es que Kara se me había ido de las manos, hasta la fecha no sé qué responder. Yo lo único que sé es que un día ella quiso sacarme para siempre de su vida. Y lo más triste de todo es que pese a las cosas que hizo, yo seguí insistiendo, quería cumplir mi promesa de nunca dejar que nada me separe de ella. La única forma en que conseguí decirle adiós fue haciéndole una nueva promesa, la de nunca volver a buscarla.

—¿Y lo cumpliste?

—Sí y no. La verdad es que nunca más volvimos a hablar, pero yo volví a verla una última vez. Fue el día de su boda con el papá de Alexa, llegué al final de la ceremonia y me tocó verlos como marido y mujer. Creo que nunca lloré tanto en mi vida como en ese día, pero necesitaba estar ahí, necesitaba matar la última esperanza que me quedaba e intentar seguir adelante.—Lorena avanzó hacia mí, me observó fijamente y me dio el más grande abrazo. Estaba segura que yo nunca me había mostrado de una forma tan vulnerable con ella, pero no podía ocultar que el alma me dolía cada vez que recordaba a Kara. Me sentí segura en los brazos de mi hija y encontré la compresión que necesitaba. Me miró con sus dulces ojos verdes y me hizo la pregunta más difícil.

—¿La amas todavía, mamá?—Tardé unos segundos en poner en orden mis ideas, me costaba admitir mis sentimientos.

—Quisiera decirte que no, que conseguí olvidarla y que ahora estoy con la persona que amo... Pero no puedo mentir, Lorena, al menos no a ti.

—Si la amas... ¿Por qué estás con Jack, mamá?

—Kara me lastimó mucho, hija. Yo podré amarla, pero eso no significa que puedo perdonarle todo el dolor que me causó. Jugó con mis sentimientos y no le importé en lo más mínimo. Cuando volví a verla solo quería que sepa que no olvidé todo lo que me hizo... De lo único que me arrepiento es de haber actuado de esa forma con Alexa y contigo, lo siento mucho. En cuanto a Jack, pues él me ha dado todo el cariño del mundo y a veces eso pesa más que cualquier otra cosa.

El corazón insiste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora