47. Confianza

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Alexa fue realmente feliz en cuanto pudo abrazar de nuevo a su madre, la había extrañado y necesitado tanto, más en estos días donde todo estaba de cabeza gracias a su padre.
En cuanto ambas pudieron estar completamente a solas, Kara decidió seguir insistiendo con su hija para saber qué es lo que le había pasado.

—Hija, no quisiera estarte importunando, no después de volvernos a ver, pero sé que te pasa algo. ¿Por qué no me quieres contar? Siempre nos hemos tenido la confianza de contarnos cualquier cosa.

—Mamá, la verdad es que yo estaba dispuesta a no contarte nada, no por falta de confianza, yo solamente quiero evitarte preocupaciones.

—Sabía que estabas mintiendo cuando hablamos por teléfono, te conozco demasiado bien.

—Eso es cierto, me da gusto saber que al menos uno de mis padres sí me conoce y por lo mismo no puedo engañarte.

—No, no puedes, soy tu madre y te amo muchísimo. Así que quiero que me digas qué te tiene tan mal.

—Odio tener que decirte ciertas cosas, más cuando por fin pareces una persona feliz.

—Lo he sido, sí, pero quiero que tengas en cuenta que tu bienestar es lo más importante para mí. Para yo estar bien, tú tienes que estarlo primero.

—Gracias por quererme así, mamá. No sabía que necesitaba tanto escuchar estas palabras. —Kara abrazó a su hija y le ofreció el consuelo que sabía que necesitaba, incluso si no entendía que pasaba con Alexa.

—Tú eres todo para mí, Alexa, recuérdalo siempre. Estaré aquí para ti, siendo paciente hasta que decidas hablar. —Después de unos minutos en los que estuvieron abrazadas, Alexa por fin pudo aclarar su garganta, llenarse de fortaleza y decirle la verdad a su mamá.

—Se trata sobre mi nada amoroso y dulce padre.

—¿Qué hizo esta vez?—Kara odiaba el hecho de que Lena tuviera razón y Mike no fuera capaz de dejar en paz ni a su propia hija.

—Él no te quiere ver feliz con Lena, no debería sorprenderte, pero tampoco apoya mi relación con Lorena, no quiere que estemos juntas.

—Alexa, Mike no tiene ningún derecho a opinar sobre nuestras vidas. Ni siquiera en la tuya, por más que sea tu padre. No voy a permitir que se entrometa en tu relación y te haga lo mismo que a mí. No importa lo que él te diga, no dejes a Lorena.

—Lo intentó, mamá. Casi consigue que Lorena me deje, pero ella no cayó en su juego, al contrario, ha logrado engañarlo.

—¿Cómo está eso?

—Le hemos hecho creer a Mike que Lorena y yo terminamos nuestra relación, aunque en realidad seguiremos juntas.

—Me da gusto por ustedes, aunque él no deja de decepcionarme y siento que todavía tienes más cosas que decirme. Algo más pasó con él, ¿cierto?

—Él está muy mal. Cuando le conté de tu viaje con Lena, él... Él se puso agresivo conmigo y hasta me lastimó la mano.

—¡Esto ya es demasiado! Hablaré definitivamente con él, no permitiré que vuelva a hacerte daño.

—No quiero que te metas en problemas, mamá. Necesito que te calmes y no vayas a cometer ninguna locura.

—Lo intentaré.

—Necesito más que eso, mamá.

—Está bien, Alexa, no quiero que te sigas preocupando por nada, ya has tenido bastante con tu padre. Ahora yo estoy contigo y todo estará bien, lo prometo.

—Ahora cuéntame de ti, ¿qué tal tú viaje?

—Ya habrá tiempo para hablar sobre eso, hija, ahora pasan cosas más relevantes.

El corazón insiste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora