16. Error tras error

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Mike hubiera querido tomarle una fotografía a Lena cuando los vio besarse a él y a Kara. Las cosas le estaban saliendo mejor de lo que esperaba y no podía sentirse más que orgulloso de todo lo que estaba logrando.

Sabía que el corazón de Kara no le pertenecía todavía, pero confiaba en que haría que ella olvide a Lena. Se decía que debía aprovechar la vulnerabilidad de Kara para acercarse a ella y obtener lo que tanto deseaba: su amor.

Él esperó paciente cada día hasta que Kara tomó la decisión de dejar a Lena y ahí fue cuando le dijo a Alex que ya no era peligroso comunicarse con su familia. Lo único que podía arruinar sus planes era el regreso de Alex, por lo que tenía que encontrar la forma de siempre mantenerla lejos y mientras conquistar con rapidez a Kara.

Estaba tranquilamente planificando cada uno de sus movimientos cuando Kara lo buscó.

—Mike, tenemos que hablar.

—Claro, Kara, soy todo oídos.

—¿Por qué me besaste?

—No lo sé, Kara, te veías tan mal que fue la única forma que se me ocurrió de consolarte. Espero no haber sido demasiado atrevido.

—No quiero que te vayas a confundir, Mike. Tu amistad es valiosa para mí y no quiero hacer nada para perderla.

—No tienes nada de que preocuparte, Kara. Seguimos tan amigos como siempre, yo sólo quería ayudarte. Lo que no entiendo es por qué Lena se veía tan mal, ustedes sólo son amigas. ¿Estará enamorada de ti o algo así?

—No, Mike.—Kara no iba a permitir que Mike hiciera conjeturas sobre la vida de Lena y mucho menos sobre sus preferencias, pero sí podía hablar de ella.—Soy yo la que está enamorada de Lena, aunque evidentemente no pueda estar a su lado.

—¿Cómo pudiste enamorarte de ella, Kara?—Tenía que reconocer que la jugada le había salido en contra y que no podía seguir en ese camino.

—Sucedió, tal como te pasó a ti.—La diferencia estaba en que Mike no sabía lo que era amar, por lo que fácilmente sus sentimientos por Lena se habían convertido en odio en cuanto ella lo rechazo.

—Hace mucho que no siento nada de amor por Lena y te va a pasar lo mismo, Kara. Por tu propio bien, harás bien en soltar ese amor.

—Ojalá fuera tan fácil.

—No digo que lo sea, pero tienes que esforzarte. Necesitas seguir poniendo distancia entre las dos y yo me ofrezco a ayudarte. Estaré contigo cuando me necesites y también cuando sientas deseos de estar con ella, te protegeré hasta de ti misma. Eso hacemos los amigos.

—¿De verdad no estás interesado románticamente en mí?

—No, claro que no. Yo siempre he tenido claro que sólo te importa mi amistad y yo estoy bien con eso. Por eso sé que soy la mejor opción que tienes de un amor falso.

—Gracias, Mike. Me tranquiliza saber que entiendes tan bien todo y te agradezco toda tu ayuda. Sin ti ya me habría vuelto loca.

—Yo nunca te dejaré, Kara.

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Con el pasar de los días, terminó haciéndose oficial la relación entre Kara y Mike, verlos cada día en la escuela tomados de la mano y siendo cariñosos me lastimaba. No sólo era verlos así, también estaba el hecho de que yo nunca pude experimentar ese tipo de libertad con Kara. Tal vez eso era lo que ella más deseaba, un amor que no tuviera que esconderlo.

Sam se mantuvo a mi lado e hice que me prometiera que no molestaría a Kara, aceptó de mala gana. Jack también fue un gran apoyo para mí, aunque él ni siquiera era consciente de lo mal que yo me sentía. Un día, me trajo flores y me pidió una oportunidad de intentar verlo de otra forma, me quería olvidar del amor que sentía por Kara, pero no quería lastimar a Jack ni a nadie en el proceso.

El corazón insiste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora