49. Tanto amor

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Aunque parecía un día como cualquier otro, en realidad era uno de los más bonitos que yo estaba por vivir: después de tanto, al fin sería la boda de mi mejor amiga.
Sin embargo, ese gran día no había empezado todo increíble ni de color rosa exactamente. Por estar cuidando que Sam no hiciera locuras, me quedé dormida y ella también, menos mal que Lorena estaba para salvar el día o no sé cómo hubiera terminado todo.

Lorena se despertó temprano como cada mañana, estaba emocionada por la boda y se moría de ganas por ver a su novia, seguro estaría más linda que de costumbre, pensaba. Pasados unos minutos arreglándose, le pareció que había demasiado silencio en casa y se preguntó si estaba sola. Menos mal, tuvo la gran idea de asomarse solamente para encontrarse a una Sam profundamente dormida y lo mismo había sucedido conmigo. Lorena se habría quedado ahí riéndose, sino fuera porque tenía que despertar a la futura esposa de Alex y llevarla a su boda.

Ella no tenía intenciones de provocarle ningún susto mortal a su tía, así que empezó a moverla con suavidad y aumentó el ritmo para conseguir despertarla.

—Es hora de levantarse, dormilona.

—Cinco minutos más, por favor.

—Tía, vas a llegar tarde...

—¿A dónde?

—A tu boda con Alex. —Bastaron esas palabras para que Sam sintiera como si le arrojaran un balde de agua fría y saliera rápido de la cama.

—¿Qué hora es?

—Son las ocho y media.

—¡Demonios, es tardísimo! Me tienen que maquillar, peinar, vestir. No voy a llegar a tiempo.

—Todo saldrá bien, tía. Por lo pronto, tienes que bañarte y yo me encargo de coordinar lo demás.

—¿Te he dicho que eres mi persona favorita en el mundo?

—Sí, desde que nací, pero apúrate que no hay tiempo que perder. —Mientras Sam se metió a bañar, Lorena se encargó de despertarme.

—Mamá, tienes que despertar ya. —Eso fue lo único que alcancé a escuchar e inmediatamente abrí mis ojos.

—Buenos días.

—Ni tan buenos, tenemos una boda a la cual llegar y soy la única que ya está prácticamente lista.

—Es culpa de Sam, le dije que era mala idea estarse desvelando un día antes de la boda.

—No me importa de quién fue la idea, necesitamos movilizarnos lo más rápido que podamos, necesito que me ayudes.

—Claro, sé cómo solucionar esto lo más rápido posible.

—Excelente.

—Gracias por despertarnos.

—Tanto silencio me pareció extraño, tenía razón en desconfiar. —No sé cómo lo logramos, pero de alguna forma todo salió bien y pudimos llegar apenas unos pocos minutos antes de que inicie la ceremonia.

*********

Sam al fin estaba a unos cuantos metros del amor de su vida, lista para iniciar una vida juntas y con la esperanza de pronto poder formar una familia junto con Ruby. Ella fue recorriendo la distancia que las separaba hasta quedar lado a lado.

—Te ves realmente hermosa, Sam. Aunque por un momento pensé que no llegarías a la boda.

—Y equivocada no estabas. —No era la respuesta que deseaba escuchar Alex, pero antes de suponer más cosas, prefirió preguntar, aunque lo hizo con algo de miedo.

El corazón insiste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora