24. Ellas

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Alexa despertó más temprano que de costumbre y su primer impulso fue escribirle a Lorena. Había soñado con ella y con sus intensos ojos verdes. Sin embargo, no quería parecer como una  persona demasiado intensa e inclusive acosadora.
Ya que era temprano, sabía que era el mejor momento para caminar tranquilamente por la playa y así lo hizo. Quería entender qué le estaba pasando con Lorena y por que no podía sacarla de sus pensamientos.

Escuchaba música mientras avanzaba lentamente, sintiendo la arena y el calor del sol, que poco a poco se hacía presente en su piel.
La buena fortuna parecía estar de su lado porque observó a Lorena sentada en la playa y decidió acercarse, esperaba que Lorena creyera en las casualidades.

—Hola, buenos días.—Sonrió dulcemente y Lorena repitió la misma acción.

—Alexa, increíble forma de empezar la mañana. ¿Estás teniendo un lindo día? Yo espero que sí.

—Ahora sí, uno muy lindo.—Alexa se sonrojó, no acostumbraba a ser así de directa, pero sentía la necesidad de actuar así con Lorena.

—Puedo decir exactamente lo mismo, el día ha mejorado increíblemente desde que te vi.—Alexa sintió nervios y una necesidad tonta de reír.

—¿Acostumbras a levantarte temprano?

—La verdad, sí. Mi mamá y yo compartimos algunas cosas en común, levantarnos temprano es una de ellas. ¿Qué me dices de ti?

—Yo me aferro a mis sueños lo más que puedo, es difícil lograr que me despierte sin ayuda de mil alarmas y a veces ni siquiera eso es suficiente.

—¿Y qué haces despierta tan temprano?

—No lo sé, únicamente desperté y ya no me pude volver a dormir, así que preferí salir a caminar.

—Tal vez teníamos que volver a vernos sin ponernos de acuerdo. Un hermoso plan del destino.

—Seguramente así fue.

—Y ya que estamos aquí las dos, tal vez podamos conocernos un poco más. ¿Eso te gustaría?

—Me encantaría. ¿Qué quieres saber de mí?

—Todo, pero empecemos por el comienzo. ¿Cuántos años tienes?

—Diecisiete.

—¿En serio eres mayor que yo? Vaya, qué interesante.

—¿Cuántos años tienes tú? Pensaba que eras de mi edad, ahora me da miedo saber.

—Descuida, no es tanta la diferencia. Yo tengo dieciséis.

—Ok, no es demasiado, puedo vivir con eso.

—No es nada, casi que la misma edad... Sigamos con las preguntas,  ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

—Me gusta andar en bicicleta, escuchar música y ver series. Bueno, también sé tocar algunos instrumentos musicales como la batería, la guitarra o el piano.

—Bien, ya tenemos algo en común, me refiero a la música. Yo principalmente canto, pero también tomé algunas lecciones de piano.

—Fantástico. Ya me imagino en unos años asistiendo a un concierto tuyo, debe ser una increíble experiencia.

—Gracias, la verdad es que me encantaría dedicarme a la música, incluso estamos formando un grupo musical con algunas compañeras del colegio.

—Me da tanto gusto por ti, yo seré tu fan y seguro de las demás chicas también. Eso desde ya te lo prometo.

—Sabes, quizá puedas escucharme pronto, tendré un recital en la escuela, aunque puede asistir cualquier persona al evento.

—¿En serio me invitarías a ir a escucharte?

El corazón insiste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora