23. Nueva historia

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Lorena se encontraba con sus compañeros de clase, estos habían decidido hacer actividades como volleyball de playa, contar chistes o incluso bailar.
Ella prefirió escuchar música y bailar con sus compañeros más cercanos, todavía no los conocía demasiado bien y no podía considerarlos sus amigos.

Aunque se estaba divirtiendo con ellos, no dejaba de pensar que estaría pasándola mejor en su casa así estuviera haciendo nada o haciendo videollamada con su mejor amigo Luis. Sin embargo, intentó tener la mejor actitud y mostrar su mejor sonrisa. Nada la había sorprendido o impresionado demasiado, hasta que sintió que alguien la observaba. Era una chica muy bonita la que se le había quedado viendo, al principio no sabía si se trataba de ella, hasta que se le ocurrió moverse y la chica la siguió con la mirada.

Increíblemente esa desconocida la había hecho sonreír más que cualquiera de sus compañeros y esperaba que dejara de observarla y en cambio se acercara a ella, pero no lo hizo y terminó yéndose. ¿Será que volvería a verla? Sabía que de tener otra oportunidad de volver a verla, esta vez no la dejaría escapar. ¿Desde cuándo se impresionaba por una chica que sólo estaba bebiendo agua? Lorena simplemente sentía que esa chica no era como ninguna otra y quería descubrir por qué.

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Alexa amaba a su madre, pero tenía que reconocer que ahora ella no ocupaba sus pensamientos sino aquella chica que parecía tener fuego en su mirada, era realmente bella y estaba completamente impactada. Alexa no sabía si el amor a primera vista existía o no, pero desde ya que se declaraba fan de la pelinegra. Regresó a donde la había conocido, pero fue muy tarde y ella ya no estaba. Igual no hubiera sabido que decirle, pero al menos la hubiera tenido más cerca de ella.

Alexa en definitiva no era una chica tímida, pero por primera vez en su vida realmente se había sentido intimidada por alguien y se había sentido tan torpe, poco le faltó para ahogarse con el agua que bebía mientras había observado a la pelinegra. Le daba risa y pena su caso.

-¿Sigues pensando en tu nuevo crush?

-Tats, me asustaste. No deberías hablar así de pronto.

-A la otra te aviso con media hora de anticipación...

-No supe ni que te dije, lo siento. Sí, estaba pensando en ella. Es que esa chica impresiona, deberías haberla visto.

-Te creo, no tenemos los mismos gustos, pero sin duda te creo. ¿Y qué estás haciendo aquí, no deberías estarla buscando?

-No sabría por dónde empezar. ¿Qué tal si ya se fue?

-Sería una pena, porque estás como toda ida por ella.

-Esos ojos seguro tienen el poder de hipnotizar o no me explico porque lo único en lo que me puedo concentrar es en ella. Iré a tomar aire fresco.-Aunque ya estaba oscureciendo y hacía un poco de aire, Alexa se sentó en la arena y disfrutó del sonido del mar. Estando así como se encontraba, podía disfrutar de la naturaleza y de la belleza que siempre encontraba en ella. Se sentía tan pequeña, pero tan libre a la vez. Pronto un grupo de jóvenes se escuchó a lo lejos, parecía que estaba por comenzar una fiesta y armaban una fogata.

En cuanto el fuego empezó a hacerse presente, pudo ver a la chica que tanto aparecía en sus pensamientos. No se había ido y eso la ponía feliz, nuevamente la vio bailando y pensó en acercarse a ella, hasta que la vio reírse con un chico. Seguro era su pareja, no le sorprendía en absoluto eso, era la chica más hermosa de todo el lugar, era obvio que seguro ya tenía a alguien en su vida.

Pero ya que observar no era ningún pecado, siguió viéndola, le gustaba verla sonreír y bailaba demasiado bien. Sentía que con cada movimiento de cadera, la conquistaba más, no tenía sentido estar de esa forma por alguien que no conocía y sin embargo, así estaba.

El corazón insiste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora