36. Amigas

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En cuanto Alex me avisó que Sam se había desmayado, sentí como si me hubieran golpeado muy fuerte. El simple hecho de imaginar mal a Sam, me lastimaba profundamente. En los días más oscuros y tristes de mi vida, solo una persona se había mantenido fiel a mí y esa había sido mi mejor amiga. Aunque me tranquilizaba que Alex estuviera con ella, las ganas de llorar se apoderaban de mí, Sam era mi familia y no soportaría que ella estuviera mal bajo ninguna circunstancia.

Alex se acercó a mí, en lo que yo desesperadamente buscaba a Sam.

—¿Dónde está ella, Alex?

—Lena, cálmate. Sam está durmiendo ahora, se sentía un poco débil, pero todo está bien.

—Necesito verla, Alex.

—Está bien, pero vas a tener que comportarte. Juro que si despiertas a Sam, lo vas a lamentar.

—Soy yo la que debería amenazarte a ti, Sam ha sufrido mucho por ti. ¡Déjame verla!

—Ya te dije que te calmes primero. Ella está bien, lo juro.

—Solo quiero ver que ella está bien, Alex.

—Sé que ella es muy importante para ti, pero no la vas a asustar ni mucho menos a preocupar, ella no necesita de esto ahora. Intenta estar tranquila, por favor. —Yo no era consciente de la crisis nerviosa en la que parecía haber entrado, pero Alex sí y me abrazó. Intenté apartarme, pero ella me daba justo lo que necesitaba, Alex siempre sabía cómo me sentía, incluso si no lo decía.

—¿Qué le pasó, Alex?

—La mezcla de muchos factores. No desayunó, hacía sol y además hizo mucho esfuerzo intentando arreglar su auto... Y para aumentar algo, la impresionó mucho verme tan cerca de ella... Pero te podría jurar que tiene mejor salud que tú y yo juntas.

—Es bueno saber eso, gracias por conterme, me comporté de forma irracional.

—Nada de lo que debas disculparte, Lena. Ahora que estás mejor, vamos a ver a Sam.

—Gracias.—Sonreí al ver a Sam durmiendo tan plácidamente, se veía bien y eso me hacía sentir tranquilidad. De todas formas quise quedarme con ella y cuidarla como ella tantas veces había hecho conmigo. Recordé las veces que Sam me obligaba a comer algo o la infinidad de veces que escuchó mis lamentos, incluso pensé cuando me hacía reír sin yo tener ánimos.

—Lena, sé que quieres estar con Sam y aunque yo deseo lo mismo, me gustaría hablar contigo. Es importante, por favor.

—¿Es sobre Sam?

—No, tranquila. Ella de verdad está bien, se trata de mí.

—Bien, pero no quiero alejarme mucho de Sam.

—Ni yo, le prometí que estaría con ella cuando despierte y no quiero volver a faltar a mis promesas.—Seguí a Alex, no sabía de que quería hablar, pero yo estaba dispuesta a escucharla.

—¿De qué quieres hablar, Alex?

—Antes que cualquier otra cosa, yo necesito disculparme contigo... Lamento no haber hecho bien las cosas con Sam, contigo y hasta con mi familia. Pensaba que era la única persona que debía pagar por haber estado en el momento y lugar incorrectos y no pensé en todo lo que ustedes pudieran estar viviendo... Perdón.

—No sé qué decirte, Alex. Digo, no elegiste pasar por todo ese tormento por gusto...

—No había forma de que pudiera saber que eso pasaría, pero mis acciones después de eso, eso sí son mi responsabilidad. Perdiste tanto por mí...

—Me hiciste mucha falta, Alex. Y no podía entender cómo le habías hecho algo así a Sam... Sin embargo, lo que pasó con Kara... Bueno, tampoco lo hubiera imaginado, simplemente así fue.

El corazón insiste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora