El corazón insiste.

4. Bonita

"Bonita" es una palabra que puede esconder  muchos significados, pero para mí esa palabra tenía que todo que ver con Kara, en el sentido más amplio.

Bonita era ella y la forma en que me hacía disfrutar la vida. Ella era el dulce escape de mi corazón y aunque siempre habían problemas con mis padres, ella hacía que todo fuera más llevadero y hermoso.

Me gustaba aprender cosas nuevas y pasar el menos tiempo posible en casa, pero desde que Kara había aparecido, mis motivaciones de llegar al colegio eran todavía mayores.

Sentía la necesidad de llegar más temprano de lo habitual y así lo hacía, aunque a Kara le pasaba todo lo contrario, siempre llegaba tarde. Excepto un día que gratamente me sorprendió y es de mis recuerdos favoritos. En realidad tengo tantas memorias hermosas, pero también las más dolorosas.

Estaba sentada en mi banca favorita, haciendo lo mismo de siempre, sumida en mis pensamientos. Tanta era mi distracción que no me di cuenta que Kara se acercaba a mí.

—Sabía que te encontraría aquí, Lena. ¿Por esa costumbre de llegar exageradamente temprano? ¿Si duermes o tengo que preocuparme por ti? Por cierto, hola.—Sus preguntas me habían causado risa y a la vez, sentía la necesidad de molestarla también.

—Hola, Kara. ¿Te quedaste a dormir en la escuela o por qué tan temprano?—Se rio de mi intento de chiste.

—Yo pregunté primero.

—Déjame ir pregunta por pregunta. Toda mi vida he llegado al colegio con minutos de anticipación por varias razones: Me gusta estudiar, mis padres no hacen que quiera estar en casa y ahora es el lugar... Donde puedo verte.—Kara como casi siempre, sonreía ampliamente.—Sí duermo, aunque no necesito dormir tantas horas como la mayoría de las personas. Mi cerebro por ahora funciona bastante bien. Ahora es tu turno, bonita.

—Espera, ¿Cómo me llamaste?—Era la primera vez que me refería a ella de esa forma, la primera de muchas veces. En ese momento sentí un poco de vergüenza, pero es que ella me inspiraba a ser dulce como nunca antes.

—Dije que ahora es tu turno, bonita.

—Me gusta que me llames así, Lena. Suena tan dulce viniendo de ti.

—Tú siempre deberías saberte así, Kara. Eres realmente muy hermosa, tanto por dentro como por fuera.

—Gracias, Lena. Esto es lo más lindo que alguien me haya dicho nunca.

—Esperaba que otras personas te hubieran dicho algo similar.

—Tal vez lo intentaron, pero nunca lo sentí tan real y profundo como ahora. Es que así eres tú, tan diferente al resto de las personas.

—¿Eso piensas de mí?

—Por supuesto. Ya te había dicho ue eres demasiado especial, Lena. Todo en ti no se parece a nada que haya conocido jamás.—Por supuesto que mi corazón nunca pudo resistirse a la ternura de Kara. Puse mi mano sobre la suya y ella me dio un corto, pero tierno beso en los labios. Sentía mi corazón latir más rápido de lo normal y una sensación hermosa que me recorría desde el interior. Fue apenas un roce tímido y discreto, pero me hizo darme cuenta que quería que hiciera eso por siempre.

—Me tomaste por sorpresa...

—Quería robarte un beso desde que me llamaste "Bonita". La única razón por la que esperé es porque no quería asustarte, Lena.

—Me gusta todo esto, Kara.

—¿Qué sería "todo"?

—Sentir que tengo un corazón cuando me hablas o besas, perderme en tu sonrisa, tomarte de la mano, prácticamente todo lo que tenga que ver contigo, con nosotras.