ERICK
Por su reacción a mis caricias puedo ver que está en llamas. Años de experiencia me enseñaron a distinguir cuando una mujer disimula su placer. No sé si confiar en ella solo por estarme entregando su cuerpo, no puedo poner a las criaturas del bosque en peligro, pero tampoco puedo dejar que una chica inocente caiga a manos de sus enemigos.
Más bien, ya no será una chica, sino una mujer, y voy a quitarle todo lo de inocente.
Mis dedos entran y salen de su húmeda vagina, cuanto más aumento el ritmo, más se retuerce. Mi lengua lame su hinchado clítoris con placer, y mi polla estalla en una fuerte erección, como si fuera a explotar si no la meto.
Abandonando la delicadeza, meto y saco los dedos con fuerza y velocidad, oyendo sus gemidos colmar toda la habitación. Sus fluidos caen por mis dedos, sin que pueda resistir más.
Le doy una lamida final, con todo el ancho de mi lengua. Subo a besos por su ombligo, mis dedos abandonan lentamente su interior, para acariciar su clítoris de pasada, y rosar su piel siguiendo el camino de mis besos.
Mi camino se detiene un segundo en sus senos y cuello, pero termina en su boca, la que no duda en besarme, mientras acaricia toda mi espalda como si fuera una escultura. Tomo mi verga, y la asomo sobre su entrada. Ya es el momento de robarme su virginidad.
—Por favor, despacio. —me dice como un susurro.— Se gentil conmigo.
—No te lastimaré, princesa. —Respondo acariciando su rostro, que parece esculpido.
Con un leve vaivén, comienzo a meterla. Solo con la punta comienza a retorcerse, pero por la manera en la que aprieta mi cintura me dice que quiere más, y no voy a negarme. Continuo con los movimientos, metiéndola más adentro, sintiendo como su estrecho interior se abre a mi paso, lo que provoca que un jadeo escape de mi garganta.
Está húmeda y cálida gracias al sexo oral, por eso se siente tan bien meterla.
—Por Dios. —Dice como un quejido mientras mi polla entra entera— Párteme en dos, no me importa.
Le duele, pero aun así quiere. Toca mi espalda con euforia, clavando sus uñas, como si pudiera atravesar mi piel. Yo comienzo a cogerla suave, pero disfrutando del vaivén. Sus piernas rodean mi cintura, y sus labios besan los míos con dulzura y pasión. Al ver que resiste puedo aumentar el ritmo.
Me llevo algunos gemidos de su boca, que ya son como música para mis oídos. La penetro con más intensidad, mientras mi lengua busca la suya con deseo. Ella ahoga en mi boca sus jadeos, y sus manos no dejan de recorrerme, va desde mis pectorales a todo mi abdomen, y siento que mi piel arde con su tacto.
Quiero ver que tan bien se ve de espaldas, por lo que me separo un segundo de ella, y la doy vuelta de un solo movimiento. Maldición, se ve increíble, toda una Diosa en mi cama.
Recorro el largo de su espalda con la lengua, y tan pronto me posiciono, para volver a penetrarla, ella abre las piernas y sube la cola, empinando ese firme culo hacia mi, el cual tomo, y separo sus nalgas para meterla en su vagina, llevándome otro gemido.
—Dios. —Grita.
La nalgueo al oírla, que rico es azotar y cogerse a esta princesa virgen. Comienzo a castigar sus nalgas mientras las veo rebotar contra mi abdomen.
—Si, pégame. —Dice entre gemidos.
Y lo hago, hasta dejarla roja. Me acerco a besar su cuello, buscando su boca, y veo como sonríe de placer ante mi tacto.
—¿También te pidieron que me folles?
—No. Eso lo hago por gusto.
Una vez más, nos estrechamos en un fuerte beso, mientras mis manos disfrutan la suavidad de sus senos.
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El Destello y La Sombra
FantasyErick, un ogro que se ve obligado a raptar a Eva, una fuerte hechicera. Juntos encontrarán todo lo que buscan en el otro, pero las garras de sus enemigos no dudarán en hacer todo lo posible para alejarlos. - - - - Sumergete en esta historia y vive l...