Capítulo N° 2

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—¿Me veo bien?

Había preguntado Ana a su hermano y también a su primo, les enseñaba su vestimenta: medias negras, una falda corta de igual color y una bonita blusa oscura escotada. Se había maquillado y puesto aros también.

—Estás igual que siempre —dijo su hermano Pablo sin darle mucha importancia.

—Estás hermosa, Ani —le dijo Guille con una sonrisa.

Ana sonrió ante el halago sincero de su primo, e ignoró el comentario de su hermano, quien siempre era incapaz de decir algo bueno de ella.

Estaban a punto de salir de la casa con entusiasmo, cuando la voz de Tito los sorprendió.

—Si llegan lastimados no van a tocar nunca más el auto —les dijo con seriedad—, no quiero enterarme de que anduvieron en peleas ¡y para colmo perdieron!

Pablo se rió porque, a diferencia de su madre, a su padre no le importaba en realidad que pelearan, siempre y cuando fueran ellos los que salieran victoriosos.

Tito le dio la llave del auto a Ana, pero antes de soltarla lanzó una amenaza por si algo llegaba a sucederle a su preciado Renault 12.

Los tres adolescentes subieron al auto para poder ir a esa fiesta donde Nora tocaría junto a su banda. Ana era la conductora y a su lado se sentó Guillermo, quien aprovechaba para observar cómo ponía los cambios y aprender un poco más al respecto, mientras que Pablo miraba todo desde el asiento trasero. Cada tanto se asomaba para conversar con ambos.

—Pudimos haber llevado a Nora —dijo Pablo.

—No, ella iba con la banda —explicó Guille—. Además Marce le habría hecho escándalo si iba con nosotros y no con ella, es muy celosa.

—¡¿Marce es una ella?! Creí que era un chico —chilló Ana con sorpresa—. ¿Nora es lesbiana?

—No —dijo Guille con una risita—, le siguen gustando los chicos.

Tanto Pablo como Ana quedaron algo confundidos por esa información y se miraron entre sí con un gesto extrañado, porque no le encontraban lógica alguna. Pensaron, entonces, que tal vez Nora estaba confundida y solo estaba experimentando.

Ana estacionó el auto cerca de la casa donde estaba la fiesta, se veía a muchas personas ingresando allí, y el sonido de la música en vivo llegó hasta ellos en el auto. Bajaron y caminaron juntos hacia allí, donde la puerta estaba abierta y parecía que cualquier persona podía entrar.

Dentro habían muchas personas reunidas, la mayoría con ropas negras, sin embargo habían algunas excepciones que hicieron sentir más cómodos a Guille y Pablo, vestidos casual. Se hicieron paso entre la gente y pudieron ver una banda masculina que cantaba y tocaba rock.

—Nora debe andar por acá, capaz está tomando algo —dijo Guille y buscó su cabello azul entre la gente.

No consiguió ver a Nora, pero sí pudo ver a esa chica con el cabello rojo brillante que bebía de una botella de cerveza. Guillermo entonces comenzó a abrirse paso hasta ahí con sus primos siguiéndolo por detrás.

La chica dirigió su mirada hacia ese alto y bronceado chico, y se quedó seria por un instante antes de dirigirle una sonrisa que se notó muy falsa.

—Te miró raro, primo —le susurró Ana al oído.

—No le caigo muy bien que digamos...

Se acercaron más y él saludó a Marcela con mucho respeto, pero ella solo sonrió falsamente aunque devolvió el saludo de muy mala gana.

—¿Nori? —preguntó Guille al mirar hacia todos lados.

—Fue a buscar unos tragos, ya debe estar por llegar —explicó ella sin darle mayor importancia.

Como el cristal [ Muñequita #0 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora