Capítulo N° 32

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Junto a Clap, Nora estaba en su cita con el ecografista para saber el sexo del bebé, porque Leo estaba trabajando y no podía acompañarla. El bebé se cubría con las piernas y no permitía ser visto, pero con unos movimientos la ecografista logró que se dejara ver.

—¡Es un varón! —chilló Nora, porque era muy notorio en la pantalla—. ¡Es un nenito!

—Aw, felicidades, bombona —dijo Clap al besarle una mejilla—. Vas a tener un pequeño hombrecito persiguiéndote por todas partes.

Cuando salieron de la clínica, Nora fue todo el camino acariciando la imagen de la ecografía. Se imaginaba como madre de un nene, y se preguntaba si sería de los inquietos y traviesos, o de los tranquilos y cariñosos. Se preguntaba, también, si le gustarían los autos o los dinosaurios.

—Nos quedó pintura verde, voy a decirle a Leo para que pintemos la pieza de verde claro —dijo Nora con una sonrisa—. Se va a ver bonito.

—¿No iban a dormir separados ustedes? —preguntó Clap con sorpresa.

—Ya nos acostumbramos a dormir juntos, vamos a convertir la otra pieza en cuarto de juegos, hasta que el bebé sea lo suficiente grande para dormir solo.

Como el remís estaba a punto de llegar hasta la casa, se concentraron en pagar el viaje para poder seguir conversando en el interior.

A Clap le gustaba mucho la casa de Nora. Le gustaba su gran jardín donde el niño podría correr, o festejar cumpleaños. Le gustaba la bella sombra que daban los árboles, y que sería tan útil en el verano. Y le gustaba, también, el ambiente hogareño dentro de la casa. Tan distinto a la energía que transmitía la casa de Raquel.

—Ahí está espiando de nuevo la vieja de mierda —siseó Nora mientras cargaba de agua la pava, al ver que desde la ventana de su cocina estaba su madre mirando hacia ella—. Ni casada me deja de joder.

Clap se acercó enseguida a la ventana para enseñarle el dedo de enmedio y mostrarle la lengua con piercing. Ambas comenzaron a reír al ver que Raquel cerró la cortina con molestia.

—Bueno, dejemos a esa oscura alma a un lado y concentrémonos en lo importante. ¡Ese bebé!

Se sentaron a la mesa para poder tomar mate, con la música de Bikini Kill sonando allí, que las inspiraba a ambas en la música.

—¿No va a dormir aparte, como Melanie? —preguntó Clap y sorbió la bombilla de su mate.

—No, me parece muy cruel dejar solo a un bebé recién nacido que estuvo nueve meses en mí, y que necesita a su mamá. Vamos a poner la cuna junto a la cama, así lo puedo atender enseguida.

Clap asintió porque le veía más lógica a eso, y no sabía cómo se habían manejado Guillermo y Andrea con respecto a Melanie.

Tomaron mate juntas por un largo rato, hablando del bebé pero también de Pablo y Leo. Nora se llevaba bien con Pablo, pero no había dudado en amenazarlo por si le rompía el corazón a su amiga, tan ilusionada con esa relación.

Un rato después ella se fue, por lo que Nora comenzó a limpiar todo el desastre que habían hecho en la mesa. A ella le gustaba que las cosas estuvieran limpias y ordenadas, y aunque Leo era muy prolijo, a veces chocaban porque no lo era tanto como Nora.

Leo llegó justo al atardecer, muy cansado y luego de darle un beso en la frente a Nora fue directo a bañarse. No estaba acostumbrado a madrugar y menos a trabajar a ese ritmo, por eso a veces llegaba de mal humor, pero prefería darse un baño antes que descargar sus frustraciones en Nora.

Cuando salió del baño, Nora tenía listo el mate y también unas tostadas junto a queso crema y mermelada. Leo le sonrió al ver que había preparado todo y se sentó frente a ella para tomar esos mates.

Como el cristal [ Muñequita #0 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora