| ADVERTENCIA DE CONTENIDO |Este capítulo contiene una escena de abuso sexual.
Si sentís que te hace daño no dudes en frenar la lectura y saltear a otro capítulo, o abandonar la lectura definitivamente.
Tu bienestar siempre es más importante.
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Durante las siguientes semanas la relación entre Guille y Nora mejoró, aunque continuaban sin hablar de lo sucedido en Santiago del Estero, por lo que Guille creía que a ella no le había importado, y Nora creía que él continuaba sin recordar.
Muchas de sus conversaciones habían pasado a nombrar a Leo, pues Nora le contaba sobre el intento de música que hacían, con una gran carcajada por el desastre que era.
Ya estaban en septiembre y tenía que entregar unos trabajos prácticos, por eso no pudo salir con Nora, pero Clap iba a tomar mate con él a la casa y le ayudaba con los trabajos de literatura al resumir los libros que, se suponía, Guille debía leer.
—Conocí un chabón en la facu —dijo Clap, acostada en la cama de Guille con sus brazos tras el cuello—. Un hippie con rastas pero sexy, me invitó a estudiar juntos.
—¿Qué tienen las punks con los hippies? —se rió Guille.
Clap le dio un puntapié desde su posición, pues Guille estaba sentado frente al escritorio mientras escribía su trabajo y, a la vez, preparaba mate.
—A mí no me caen mal, excepto que sean súper hincha pelotas con «sí al amor, no a la violencia» —dijo con una voz chistosa—. Violento les va a quedar el culo de las patadas que les voy a dar.
—¿Pero por qué odian a los hippies? Nora se pone tan histérica que nunca puede explicarme cuando le pregunto, solo me dice «¿y por qué no odiarlos?».
Clap se mantuvo en silencio por un momento, balanceando su pierna que colgaba de forma rítmica.
—Decime alguna guerra o revolución que se haya logrado mediante la paz y el amor.
—Gandhi —dijo Guille con una sonrisa al pasarle un mate.
—Gandhi, okay. ¿Y cuánta gente murió por su capricho de no violencia? ¿A cuánta gente dejó morir como mártir por enseñarles a no defenderse? —Se sentó para poder tomar el mate en su mano y darle un largo sorbo—. E incluso aunque Gandhi dijo «no violencia», muchos la usaron y de no haber sido también por ellos no habrían logrado nada. Creer que Gandhi logró todo con paz y amor es de inocentes, querido Guillín.
—Sos caprichosa, ¿eh? —se rió Guille.
—El caprichoso sos vos. Los hippies son blancos privilegiados que no se quieren ensuciar las manos, pero algunos caen bien igual. Puedo pensar que son unos blanditos y a la vez tener amigos hippies —dijo ella con una risita y sorbió la bombilla por última vez, para luego darle a Guille—. Vos sos medio hippie «no violencia» y acá estoy con vos tomando unos verdes.
Guille se rió mientras preparaba otro mate para él, lo tomó despacio para poder disfrutarlo mejor, transcribiendo unas respuestas a su trabajo.
—El próximo trabajo te lo cobro, tramposo —se rió ella al ver que copiaba sus respuestas.
—Dale, culeada, no soy bueno en literatura —se quejó él—. Y hablame del hippie con rastas.
—Me invitó a estudiar con él a su casa para los finales, pero no sé si es una invitación para estudiar de verdad, o es una invitación más divertida —resopló—. Capaz pueda llevar mi mochila y una tanguita sexy, ¿eh?
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Como el cristal [ Muñequita #0 ]
General FictionPor miedo a perder a su mejor amiga, Guille se lanzó hacia la mujer que terminaría por romper todo lo que él es, pero salir de una relación violenta puede ser muy difícil...