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La suerte de Jungkook fue puesta a fuego desde el día en que le arrebataron a su padre y a su hermana, de entre esas mismas llamas encontró a una pequeña ave incapaz de volar, una a la cual le había extendió sus alas y con ellas, ambos aprendieron a recitar entre las nubes blancas, lejos de cualquier mal, que intentará quitarle a su bello angel.

La oscuridad de la fría anoche abrazando su cuerpo, logro que resintiera la ausencia de su precioso. Adormilado se levantó en búsqueda de Taehyung, colocándose la ropa interior a medio camino; tenía en mente con exactitud su paradero.

La tenue luz resaltaba por la rendija de la puerta, una leve sonrisa hizo presencia en su rostro en el momento que entró; Taehyung se encontraba pintando, con el torso desnudo y solo un pants puesto.

Una gran cuadro con trasfondo negro y un par de rostros dibujados en blanco. Tenebroso, pero tan majestuoso a la vez.

- ¿Máscaras?

Rodeo su cintura recargando la barbilla en su hombro, a lo que Taehyung no sé inmutó, simplemente continuo pintando.

- Durante toda mi vida tuve que usar una máscara, una feliz que reflejaba una sonrisa falsa; esa era mi favorita, otras veces usaba la de un hombre fuerte y valiente, cuando por dentro moría de miedo...

Rostros falsos y personas, que nunca lograron descifrar su verdad.

- Todo dependía de la situación en la que estaba... Nunca pude ser yo mismo con nadie hasta que... -suspira sonoramente- hasta que llegaste tú... con tu presencia deje de lado cada una de ellas

Las máscaras falsas terminaron cayendo de su rostro una a una.

- Me convertí en una flor ante tu llamado, eres mi luz y yo un girasol, eres el sol que ilumina mis pecados y aunque tú calidez puede quemarme, yo solo quiero que aunque arda me tomes, que nunca me dejes ir Jungkook

Porque estaba cubierto de cicatrices, pero ese era su destino; Jungkook es su destino.

- Tae... Tú eres más que una simple mascara

El estigma de existir dentro de una sociedad dañada. La opresión que genera la aceptación social con lleva al alejamiento e insuficiencia del afectado.

Marica.

Su padre de manera cruel le hizo creer con palabras falsas, incrustando cada una de ellas en su cabeza que ser "diferente" estaba mal. Un rarito, un fenomeno, pero solo se trataba de Taehyung siendo un niño inocente, que no encajaba entre los estereotipos acostumbrados.

Un hombre amando a otro hombre.

Una completa abominación; el peor de los pecados. La singularidad de sentirte atraído por alguien de tu mismo sexo, creando amor poco frecuente, que a su misma se convierte en el más puro y sincero sentimiento, dichosas las personas que han tenido la dicha de vivirlo.

- Merezco ser castigado por mis pecados, pero eso no me importa porque ya no estoy dispuesto a ocultar lo que soy

- Tae...

- Por favor Jungkook... seca mis lágrimas

Jeon acunó su rostro; la preciosidad de Taehyung cabía en su manos.

- No necesitas de mi Taehyung, eres un ángel, la luz de mi cielo

Un cielo en el cual no existían estrellas.

- Tu sola presencia me ha llenado la vida de éxtasis, de euforia, a tu lado me siento vivo

Aprendió a vivir gracias a él.

- Precioso, tú eres mi diamante en el cielo; si, yo soy tu sol, pero tú mi luna brillando en las noches; somos uno, juntos somos capaces de crear el balance perfecto del amor, quizá fui el primero en ver tu luz entre la oscuridad, pero es que tú brilló único emana de aquí -acaricia su pecho a la altura de su corazón- eres hermoso Taehyung, no tengas miedo de volar y brillar por ti mismo

Mas de lo que aposté ||KookV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora