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La soledad. Existen personas que disfrutan de su compañía, otras que la aborrecen; el silencio que te brinda puede darte paz e incluso hasta puede convertirse en tu mejor aliada. Pero si en vez de ayudarte a conocerte a ti mismo, se vuelve en tu contra; no es recomendable tenerla como enemiga.

Lágrimas; ellas no lo traerán de vuelta, sólo lograba ahogarse en aquel inmenso océano, mismo del cual necesitaba ser salvado, que lo despertará de esa horrible pesadilla, que le dijera que toda estaría bien mientras lo estrecha entre sus brazos, rescatándolo de ese maldito infierno.

¿Dónde estaba?, ¿Porqué no iba por él?, ¿Es que a caso no le había demostrado todo el amor que le tenía?, Ahora nunca más podría hacerle escuchar a Jungkook cuánto lo amaba y temía, que si lo volvía a hacer, a él simplemente no le importara.

Perdió parte de su alma, su corazón y también su cuerpo, cada respiro le atravesaba el pecho como mil balas. Tenía que aceptar su realidad por más cruel que fuera, lo había perdido.

Noches oscuras, tinieblas acompañadas de miedo e incertidumbre. Se derramó sangre, asi como pasión, no existían arrepentimientos, pero ahora no tenía escapatoria; se encontraba enjaulado, sin alas, siendo consumido por sus mismos pecados. Lienzos y pinturas lo acompañaban, trazos a colores desahogaban sus penas. Líneas, figuras, que enmarcaban su vida al lado del diablo.

"Primero vas tú y después tú si es necesario".

Jungkook le enseñó que tenía que valerse por si mismo; lo que nunca le dijo era como hacerlo sin él.

¿Suicidarse?

Quitarse la vida y no enfrentarla era de viles cobardes; Jungkook se encargó de borrar esa palabra de entre su vocabulario. Jeon Jungkook le hizo tantas promesas, lo que más le dolía es que cada una de ellas fue llevada al pie de la letra.

Iba a odiarse a sí mismo por amarlo.

De hecho lo sigue amando, su ausencia la siente en la piel, lo tenía impregnado hasta los huesos, en su carne, le permitió entrar en su corazón, en todo su ser y él solo se burló utilizándolo a su antojo. Le hizo creer que podía llegar a ser amado, de que existía una persona capaz de cuidarlo; le extendió un par de alas falsas de chocolate, que se derritieron al acercarse al sol; Jungkook era su sol.

Un muerto en vida, las lágrimas se secaron, su corazón ya no latía y su cabeza, bueno; las voces se convirtieron en sus aliadas, cada palabra hiriente solo le hacía ver lo estúpido que fue, logrando que no se volviera loco de remate.

Te manipuló.

Se burló de ti.

Te convertiste en un asesino por él.

Te deshecho como basura.

Nadie te quiere.

¿Cuando iban a parar?

No tenía la menor idea, porque Taehyung al menos quería sentirse culpable por haber matado pero no, con el tiempo las pesadillas nunca más volvieron.

- ¿Te sientes mejor?

- No creo que en algún momento pueda mejorar, cada día que me levanto deseo que todo simplemente haya sido un sueño, pero no... Él ya no está a mi lado

- Quisiera poder ayudarte Taehyung

- Nadie puede ayudarme, acepte que yo ya no tengo remedio, así que prefiero no hablar de Jungkook con usted, porque a pesar de que es su hijo, en este momento realmente me siento herido

Y fue justo como Taehyung le había dicho a Hoseok; el plan seguía en pie.

Cada que su cerebro no le permitía pintar visitaba a Junwon. Un punto a favor que tenía Taehyung era saber sobre la existencia del padre Jungkook, fácilmente pudo haber tomado a ventaja aquel hecho, pero el respeto que tenía por la vida de Junwon era más grande que su rencor hacia su hijo.

Mas de lo que aposté ||KookV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora