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La entrada del diablo.

Jeon Jungkook se adueñó de la escena, su aura dominante se imponía ante todos los presentes. Sus primos, junto a Namjoon, Jimin y Yoongi se levantaron al instante, ninguno esperaba su aparición.

La mera existencia del universo colapso, un mundo donde solo existían: Jungkook y Taehyung. El latir de su corazón desbocado decía más que mil palabras, sus miradas se convirtieron en una misma, un par de esferas significando la vida del otro.

Temeroso Taehyung sonrió de lado, Jungkook asintió levemente elevando sus cejas; una acción que el más chico descifró, mismo acto hizo que corriera a sus brazos. Las manos de Jeon hormigueaban por abrazarlo de vuelta, si, ya no eran pareja, pero no estaba ahí por su relación, si no para darle un poco de consuelo ante su perdida; así que dudoso rodeo y apretó a Taehyung contra su pecho, sintiéndose volver a la vida. Los sonoros sollozos hicieron presencia, Kim lloraba sin consuelo, la gente creía que era por la muerte de su padre; tan ingenuos. La cruel verdad es que Taehyung lloraba, porque tenía de vuelta a su mundo entre sus brazos.

- Lamento tu perdida Taehyung

Kim se aferró a él, no quería volver a perderlo y es que, había anhelado tanto volver a escuchar su voz clamando su nombre.

- Tranquilo, ya estoy aquí...

Jungkook se atrevió a tomar su rostro entre sus manos, mordió su mejilla interior al ver las lágrimas opacar su belleza; sus ojos acuosos. En ese mismo instante Jungkook deseo destruir todo con un simple parpadeo, exterminar a la humanidad y dejar un mundo, donde Taehyung nunca más volvería a soltar una sola lágrima. Luchó contra su fuerza de voluntad y trago su propia rabia, apretando su corazón a la par que limpiaba sus mejillas; su pecho se sintió ahogar en el momento que Taehyung se inclino ante su tacto, buscando más de el, a pesar de todo el daño que le causó.

- ¿Estás aquí por mi? -acaricia sus manos- ¿Viniste hasta aquí por mi, verdad?

Soñó con tenerlo frente a él, que ahora que estaba ahí, se sentía tan irreal.

- Vine por ti

Sin vergüenza se acurrucó entre la curvatura de su cuello, aspirando su aroma, dejando que Jungkook lo envolviera una vez más; le había hecho tanta falta. El dolor que Jungkook causaba en él lo hacía sentir tan vivo; la vida dolía, pero dolía más vivirla sin él.

- Tae... -susurra- hay que sentarnos

Jungkook entrelazó sus manos permitiendo que Taehyung los guiará hasta las bancas de enfrente, cerca del ataúd. No volvieron a hablar, no era necesario, Taehyung se recargó en su hombro sin soltar su mano, misma que acariciaba con su pulgar, dándose cuenta con ese simple acto de la rigidez de su cuerpo, no tenía duda de que por la cabeza de Jungkook pasaban un sin fin de pensamientos. Lo que no sabía es que Jeon se estaba debatiendo consigo mismo entre llevárselo de ahí y huir lejos, muy lejos, donde nadie pudiera encontrarlos. Era imposible, en el momento que su mirada choco con la de sus conocidos supo que ninguno de ellos permitiría que se lo llevará. Así que al menos por esa noche estaría a su lado en todo momento.

- Lo voy a matar...

- Jimin... -Yoongi lo detiene- no es momento

- ¿Cómo se atrevió a venir? -gruñe molesto- es un maldito

- Déjalo -interviene Jin- si JK vino es porque en verdad le importa, además, está aquí por la muerte de su padre, debemos mantenernos al margen

¿Al margen?, No podían volver a hacer eso.

- Un carajo -Jimin se levanta- es un ser despreciable, solo logrará hacerle más daño, no merece estar aquí

- ¿Y tú si? -Namjoon lo jala- tú que lo apostaste con ese maldito... ¿Eh?, No hablemos de hijos de puta porque sales ganando

Mas de lo que aposté ||KookV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora