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Aferrado a su pecho desde su espalda, Taehyung dejo salir un par de lágrimas. Con la punta de su nariz jugó entre la curvatura del cuello ajeno, aspiró con fuerza, deleitándose con el perfume natural de Jungkook. Varonil y sútil, era veneno puro, la tentación en persona, su cruel perdición.

- Pintame...

Entre una bocanada de aire Taehyung se separó, con su pincel comenzó a trazar finas líneas sobre su espalda desnuda, la pintura freca se deslizaba suavemente por su piel blanca, de la misma manera en la que sus lágrimas se dibujaban por sus mejillas, cayendo hasta su barbilla para terminar impactándose contra el frío suelo.

Rayos brillantes del sol. Pinceladas que marcaban respiros, miradas, palabras... Jungkook era cálido, lo abrigaba de día y de noche, calentando su frío corazón entre una fusión donde ambos pasaban a convertirse en uno mismo. Taehyung le pertenecía a Jungkook y Jungkook pertenecía a Taehyung. Dos humanos capaces de sacrificarse el uno por el otro; si Taehyung busca de Jungkook, Jungkook estará ahí, mirándolo, esperando por él, llamándolo para que lo encuentre entre las oscuras tinieblas.

El corazón no suele mentir, sin tener la posibilidad de emitir palabras, suele hablar por medio de miles de sensaciones defendiendo lo que más anhela, sin importarle cuánto duela. Si está enamorado se aferrara con uñas y dientes a ese amor, ese amor tan suyo.

Al intentar aterrizar después de volar entre las alturas Taehyung perdió el control. Dejo de pintar, permitió que la escuela consumiera su vida diaria, estar con Yoongi no solo le ocasionó problemas con Jungkook, lo regreso a su monotona realidad, alejándolo de lo que realmente lo hacía sentir extraordinario.

Jungkook cerro los ojos permitiendo a su mente divagar, imaginándose la nueva obra de arte que haría su precioso. Se encontraba dentro del mismísimo paraíso; sentir el pincel recorrer su espalda le hacía sentir aquel amor que Taehyung no podía decirle con palabras.

Taehyung trabajaba rápido y con eficacia, en ocasiones se detenía solo para continuar en otro extremo de su piel; no tenía la mínima duda de que su espalda quedaría hermosa entre sus manos. Un suspiro sonoro hizo presencia, Taehyung se detuvo a la par que admiraba la mezcla de colores. Era magnífico como el simple hecho de pintar lograba calmar su ansiedad, relajando su cuerpo por completo.

- ¿Terminaste?

- Si... -relame sus labios- ¿Te molesta si tomó unas fotos?

- Haz lo que quieras de mi

Taehyung iluminó la habitación entre luces blancas haciendo resaltar el paisaje y con su cámara, comenzó a retratar en fotos la pintura.

- ¿Quieres verlas?

- ¿Qué te hace pensar que no querría?

Jungkook lo guió hasta enfrente de él, sentándolo entre sus piernas mientras que con las manos rodeaba su cintura, recargó la barbilla en su hombro, permitiendo que Taehyung comenzará a mostrarle las fotografías.

- Un atardecer...

- La puesta del sol en el océano, el azul del agua y el naranja rojizo del fuego, justo donde los barcos desembarcan hacia su destino

Cada detalle era espectacular, los colores brillantes mezclados a la perfección.

- Está inspirado en una trágica historia... ¿Logras reconocer cuál? -Jeon niega con el ceño levemente fruncido- mírala bien... Somos nosotros, la historia que escribiste para mí

Jungkook amplio la imagen, entre la puesta del sol desde arriba se podía ver cómo un par de plumas caían hasta el océano, dónde parecía que un hombre se ahogaba.

Mas de lo que aposté ||KookV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora