Dylan Paul
Había acabado de firmar todos los documentos que tenia por solicitud, por hoy acabe con mis deberes. Después de salir de una reunión con los asociados de la empresa, no conté que Morgan vendría con su hija, y ambos andan muy intensos
Al irse el señor Morgan, Ana se había quedado con nosotros, se la pasó bostezando y molestando a Alex, ya nos tenía aburridos.
Mi primo muchas veces le decía, por qué no te fuiste con tu papá, y cosas así, en mi mente respondía, era algo que debió hacer hace mucho, pero no, ella quería estar aquí jodiendo la vida, claro, como la princesa de casa no puede mover un solo dedo.
Algunas veces mi querida amiga me cae mal.
—¡Ya basta! —les dije a todos, ya estaba irritado con su berrinche, con su joda, si no es Alex era Frank, pero sea como sea quiere llamar la atención.
—Salgamos un rato para despejar nuestra mentes un poco, Dylan —propone Frank, ya un poco irritado, acepte, quería tomar aire.
Salimos todos de la empresa, Frank condujo en su auto y nos dirigimos a comer al centro comercial moderno, está recién construido por nuestra empresa, así que, aquí me conocen, bueno, nos conocen.
Al bajar todos comienzan a hacernos reverencia, si, aquí saben quienes somos.
—Me siento famosa —y ella camina frente a nosotros como si fuera una estrella mas famosa del mundo.
Los tres nos dimos un golpe en la frente, ¡como no hace pasar pena!, ¿por que has cambiado Ana?, ella antes no se comportaba así, ahora parece una muñeca frágil sin serlo.
Ingresamos al restaurante y comimos hamburguesas, Ana comió una ensalada toda rara, en fin, es su estómago, hambre le dará más tarde.
Salimos de este con un helado en las manos cada uno, al menos Ana come helado, pensé que no lo aceptaría, no desea "engordar" hasta en eso cambió.
Se hace coger fastidio.
Pasamos por un hermoso jardín. Ha cambiado mucho el centro comercial, le siguen metiendo más dinero a este. Las aspiradoras hacen que las hojas se acumulen en un solo lugar para ser recogidas.
Mire al frente y pensé ver una chica igual a O'kelli, pestañee varias veces, si era ella y uno de los hombres se le acerca con otro tipo sin motivo y sin razón alguna a aspirar su falda, corrí quitándome el chaleco.
A lo lejos escuche varias veces mi nombre, aunque ante mis oídos eso desapareció, había alcanzo a ver sus cacheteros de encaje del mismo tono del vestido, pero a tiempo la había tapado.
Aquel hombre lo había hecho a propósito. Él quería ver más allá de lo que estaba mostrando Camila. Eso me enfurecio mucho, lo miré amenazante.
—¡¡Date por despedido!! — el hombre tiró la aspiradora al piso bastante nervioso. Los chicos llegan donde estoy yo — Lo que has hecho no tiene perdón.
—Se.. Señor.. Paul —habla el empleado, los demás trabajadores hacen una reverencia de perdón. Mire hacia abajo, Camila algunas veces se vuelve pequeña y frágil, pero su fragilidad es muy de ella, ella es sencilla y no necesita de nada para lucir bien.
Ella mira hacia arriba, su mirada estaba vidriosa e iba a llorar, apreté un poco su hombro, mi chaqueta la tenía sobre estos, cubriendo su cuerpo.
—Señor Paul —susurro —¿Usted por qué…?
—Dylan ¿Qué pasó? —llega Alex y mira la escena al igual que Frank —¡Oh ya entiendo! — me hace ojos, Ana venía atrás de ellos. Los ignoré, me importaba poco ella.
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Una niñera para mis Hijos © ®
Teen FictionLa vida da muchas vueltas, simplemente este es nuestro destino. Tú iluminas la vida de todos. No me dejes. Necesito una niñera para mis hijos; ya no sé cómo lidiar con nuestras vidas ¡Todo se me está saliendo de control! Todo se va desmoronando a p...