Capítulo 39

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Camila Paul

—Tío Federico —el hospital lo cerraron por completo, él es así, tan extravagante, como siempre, queriendo llamar la atención —¡Hasta que por fin vienes a ver a tu hija!. —iromose.

—Si, ¡y tu ya te la querías llevar!, ¿quisiera saber para donde? Y ¿Con permiso de quien?

—Para la mansión, ya que hasta ahora a nadie más le ha importado. — me cruzó de brazos

—Soy un hombre muy ocupado, querida sobrina, las mujeres como tu madre y este par… —señala a Monik, después señala en dirección donde estaría Hilary
— No son de nuestro mundo y lo sabes, así que no se desperdicia mucho el tiempo en cosas que no vale la pena.

Empuño mi mano, quien carajos se cree este hombre, maldito desgraciado, es su hija.

—Y si muere me tiene sin importancia — el doctor abre sus ojos y mira hacia otro lado — Querida sobrina, me ahorras el tiempo, tienes mi permiso para que te la lleves, le haré llegar sus cosas, y dile, que no la quiero volver a ver en mi casa, es una deshonra de mujer, no la quiero cerca de mi nueva esposa y mis hijos. —él me da la espalda — A querida sobrina, ¿quieres ser la madrina? Son gemelos.

Y se marcha, maldito imbécil, ¿cómo es posible que se haya casado?, y ahora va a tener hijos, ¿por que Hilary es una deshonra?

Será que él...

—Monik —susurre ella estaba llorando —No te preocupes, yo las ayudaré, te lo juro.

Ella asienta, absorbe sus mocos no muy delicada — Lo se, se que lo harás, pero me da rabia lo que dice Federico, le ganó a mi madre.

—¿Y la deshonra?.

—Se dio cuenta que se habla con Frank, sabes que Hilary está casada, aunque no quiera ese hombre, tiene muy buenos negocios con sus empresas, le han dado tantas alas a Hilary que después de un tiempo, sin  darnos cuenta, el esposo, bueno ex esposo pasó por terminado dicho matrimonio, y no solo eso — ella suspira —, el tio Federico le tocó pagar una suma valiosa de dinero, bueno, mi abuelo la pagó.

Veo por donde van las cosas

—Y después el abuelo se dio cuenta que Hilary quería escapar y ahora estamos aquí. ¿Y por qué sigues tu?.

—Conrral quiere acabar con todo, él dice que en verdad me ama, pero que lamenta que mi corazón sea de otra persona —abri mis ojos, no esperaba esas palabras de parte de Conrral — Camila, se que me he portado muy mal contigo y con muchas personas, hasta con Conrral pero... Yo no soporto la idea de seguir en esta vida, me agota mucho, mentalmente ya no estoy bien. Por eso me comportó así, llamale capricho, pero ya no puedo más, ayudamos, el abuelo me va a matar, así como lo hizo con la abuela.

Abrí mis ojos, ¡¡que hizo que!! —¿Cómo lo sabes? —ella abre su bolsa, y me pasa un sobre con muchos documentos

—Ésto lo encontré en un lugar muy feo de la mansión de mis padres, creo que no se dieron cuenta o es lo que pienso, te los paso por que se que tu le puedes sacar provecho a esto.

—¿Y por qué no lo acusaste?. ¡¡Y querías acusarlo con lo que tengo!!.

—Camila, el abuelo da mucho miedo, poco a poco nos vamos dando cuenta de todo esto, creo que hasta el imbecil de Federico, pero el hace como si nada, solo se aleja, vez lo que hace, como si nada le importara y así ha sido siempre él.

—Si eso lo se, desde siempre...

Llene algunos documentos en el hospital, llamé a Alex, pidiendo que no dijera nada de mi, le pedí que comprara un número nuevo que solo lo tendríamos los dos, enviaba por mail todo lo que tenía en mis manos sobre mi abuelo, pedí su ayuda, se que él actuará rápido.

Una niñera para mis Hijos © ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora