Capítulo 35

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Camila Paul

Después de una semana, desperté.

Me sigo sintiendo cansada, el aire me falta algunas veces. No comprendo qué pasa con mi bebé, o conmigo.

El exceso de tensión acumulada afecta mi salud física y mental. Creo que todo esto con mi abuelo me está torturando.

Mire mi anillo que ahora tengo en mi mano, medio me senté en cama, todavía se me dificulta estar incorporada, pero me enferma si continuo en cama.

—Camila debes seguir en cama, estás en reposo, el bebé...

Sonreí —Tranquilo, estamos bien, solo me moví un poco, siento que me axfisio estando acostada, solo... —lo llamó con la mano para que se sentará a mi lado —Cuéntame, ¿qué te dijo el doctor?

—Qué debías descansar por lo menos hasta llegar a tu quinto mes de gestación — abrí mis ojos, eso es mucho tiempo, ni siquiera he llegado a mi tercer mes de gestación.

¡¿Por qué se siguen complicando más las cosas en nuestras vidas?!

—Todo por el bien de nuestro bebé —tome su mano y le sonrió, sus ojos reflejan mucho dolor y miedo, esta vez me quedaré quieta y seguiré toda indicación que me de mi esposo. —Pero por lo menos, quiero mi laptop para trabajar, no puedo parar, debo generar ingresos a tu empresa y a las mías, es hora de dar a conocerlas.

Él se asombra —¿Como así Camila? ¿Dé que hablas? —reí divertida.

—Tengo una gran empresa a mi favor, la he creado a las espaldas de mi abuelo, es algo que quiero aparte del apellido Walsh, y tengo a mis aliados, es algo que no se ha dado a conocer por mi abuelo, haré una reunión con mis accionistas, y depende de esa decisión serás tú el encargado, tendrá nuestros apellidos, y no habló del Walsh, si no del O'kelli, mi padre me ha dado su parte también, él es parte de esta colada, apenas comencé a moverlo a mis empresas, es algo que él quiso acordar conmigo —suspiré, acarició su mejilla —Déjame devolver un poco de lo que le arrebataron, a todos, no me dejes a un lado, sabes que soy muy buena en esto de los negocios, ya después manejare a mi abuelo, claro, tarde que  temprano, él querrá hablar conmigo, y que tal, ¡ya soy tu esposa!.

Suena fácil, pero esa será la parte más difícil, por eso necesito que el firme dichos documentos, y se haga cargo de todo, también de mis niños, mientras yo vuelvo a casa, debo terminar con lo que acabo de empezar.

.....

Cada mes que pasa, es un mes intranquilo; no se donde vamos a llegar, pero cada vez me siento más cansada.

—Camila deberías estar en cama, te veo muy agitada, recuerda que tu...

—¡Ya basta! ¡Ya basta de estarme diciendo que hacer y que no!, me voy a enfermar más si no salgo de esa cama, entiendo, comprendo tu preocupación, pero me enferma esa preocupación, quiero disfrutar de mis hijos, además, no mantienes en casa, déjame disfrutar de este increíble encierro —ironise, pongo mis ojos en blanco, no me gusta que me traten como una enferma, la verdad, caeré en depresión si continúo aquí.

—No, tu no entiendes, sigues comportandote como una adolescente, comprende que muero si te pierdo

—¿Y el bebe? ¡Por él no! — sus labios se unen en una fina línea — ¡Qué injusto eres!, es tu bebe, pensé que tu…

—¡Eres el amor de mi vida, Camila!, no quiero.. ¡¿Por qué carajos discutimos?! —me senté en mi cama, comienzo a respirar profundo, sentí que mi oxígeno agotaba —También lo amo, solo que... No te quiero lejos de mí, no otra vez.

—Si mi vida está en riesgo, quiero que salves al bebé —él frunce el ceño, su respuesta es un fuerte silencio, mi sangre enerva—¡Dylan! —lo regaño

Una niñera para mis Hijos © ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora