Camila Paul
Después de protagonizar aquella escena tan humillante que pase con Dylan, he decidido mudarme de la mansión, que era para nosotros y formar una familia feliz.
Pero… No podía seguir allí, no con dos padres totalmente destruidos.
Nos hicimos mucho daño, con lo de mi abuelo y ahora con Emily, ella había vuelto para quitarme mi única felicidad.
¿Qué más tengo que esperar de esta humanidad tan insensible que se ha vuelto?
Me había ido con mis primas, a volver a comenzar, ella suplican de buena manera que hable con Dylan y arregle mi situación.
Es difícil, muy difícil, necesito tiempo, espacio, necesito pasar mi tiempo con mis hijos, sin peleas ni problemas, me quiero alejar de esta odiosa vida.
Con mi dinero compré una casa bastante grande, no una mansión, quiero vivir cómoda pero de la manera más normal posible que pueda, y quiero enseñarles eso a mis niños.
Aquella casa es de dos pisos, con un jardín bastante amplio en la parte de adelante y de atras, mandé a construir una casa en el árbol, un parque y su piscina. No tenía mucho el jardín cuando lo compre, así que implemente esto para mis hijos.
La cocina es grande, la sala comedor estaba junta, pero es hermosa. El estudio es abierto y bastante amplio, sus ventanas son enormes y cubiertas con un grueso vidrio.
Se veía todo el jardín.
La escalera está hecha de mármol, nos lleva al segundo piso, les acomode las habitaciones a mis cuatro hijos, una para cada uno.
Mis hijos mayores ya están muy grandes y van a querer su propia privacidad
Emanuel y Julieta debían decidir como pintar o que comprar para decorar sus habitaciones. Damian ya estaba conmigo, compre al gusto de él, y Mili, mi pequeña, por ahora su habitación es de color crema, sus muñecos y su cuna blanca.
La alfombra larga de color gris que esta en medio del pasillo dando al fondo del lugar, el fiinal, osea mi habitación, es la más grande, tiene un balcón hermoso que daba con el frente de la casa.
El resto de las habitaciones solo teninan el ventanal, cada habitación tiene su baño, toda la casa es de color blanco, en el ante jardín su piso es de piedras, y de colores como el amarillo, gris, blanco y algunas negras hacían resaltar la entrada; esta entrada también tenía otro jardín, hasta llegar al anden cercano a la carretera, conectado con varias casa vecinas.
Si, una casa normal, una vida normal, donde el autobús escolar pudiera pasar y recoger a mis hijos y dejarlos en el mismo lugar sin ningún problema, sin esperar, sin portones ni tanta distancia.
A un lado estaba mi garaje, donde al menos caben dos carros, no necesitamos más.
—¡Mamá! —gritan Emanuel y julieta, habían llegado al fin, Hilary había ido por ellos, ambos venían con sus cosas.
—Oye, qué casa más linda, está si me gusta —está muy emocionado Emanuel, corre dentro de esta para conocer su nuevo hogar, Julieta me abraza e ingresamos las tres a nuestra nueva vida.
—Vayan a conocer sus habitaciones, y no demores, para que compremos lo que ustedes necesiten para sus habitaciones.
—¡Sí madre! —gritan los dos desde arriba.
—Para tener 16 años son muy maduros.
—Si, crecen tan rápido. —respondi ante el comentario de Hilary
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Una niñera para mis Hijos © ®
Teen FictionLa vida da muchas vueltas, simplemente este es nuestro destino. Tú iluminas la vida de todos. No me dejes. Necesito una niñera para mis hijos; ya no sé cómo lidiar con nuestras vidas ¡Todo se me está saliendo de control! Todo se va desmoronando a p...