Capítulo 41

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Dylan Paul

No podía estar en la empresa, todo me daba vueltas, hasta puedo decir que huelo a esa mujer, sin necesidad de haberla tocado.

Bueno, ella fue la que me besó ¡No yo! No debo sentir culpa de nada,  Camila también me ha engañado, me ha mentido, pensé que ella...

Aaggg

Un error, tras otro y sigue sin parar...

Al llegar a la mansión, había mucha bulla, ingrese a esta y allí la vi, cargando por primera vez a Mili, ambas estaban sonriendo, la sonrisa de Camila detiene cualquier tiempo, las horas se reduce, por un instante olvidas el mundo y lo que pudo pasar tiempo atrás.

Es más, hasta olvidar que ella también me mintió.

Los niños corren con alegría por toda la casa, ¿hace cuánto que no veía esta escena de ellos?, ¿desde que ella se fue?, ¿desde que los problemas comenzaron?, ¿desde la desaparición de mis hijos?, ¡¿desde hace cuánto no siento esta alegría de volver a casa?!

—Bienvenido a casa, ¡Dylan! —ella sonríe abiertamente, sus ojos se llenan de lágrimas, quiere llorar, pero ella misma lo impide, se siente mal, yo también.

Deje mi orgullo a un lado y camine directo a ella, la abrace con nuestra hija en manos, escondo mi cara en su cuello, ella estaba temblando de seguro estaba llorando en silencio.

—Tonta, eso te lo debo decir yo, bienvenida a casa, Camila.

—¡Ya estoy en casa! — susurra para mi, por un instante quiero estar así, quiero llegar y siempre verla aquí, con todos, quiero que estemos bien, quiero verla sonreír siempre.

Quiero volver a ser feliz, con ella.

"Jamás terminas de conocer a las personas... Así que, no me prometas lo que jamás podrás cumplir".

.....

—¡Papá! —compartir tanto tiempo con Damian hizo que nuestros lazos fueran cada vez más fuertes, lo tomé con mis manos y lo cargué, es un niño muy inteligente, quiere mucho a sus abuelos y tíos, él ahora sonríe.

Su vida comienza a cambiar, dejó de ser tan serio, aunque, cuando se enoja, nadie puede calmarlo, sólo Camila, pero algunas veces, mi bella mujer mantiene ocupada, o viceversa.

—Hijo, ¿cómo estás? ¿Qué haces? — él bufa

—¡Emanuel, no me deja jugar, castigalo! —reí, algunas veces sus peleas de hermanos son... La alegría de esta casa, al menos no se matan o destruyen este hogar, ni siquiera ante la ausencia de Camila.

—¿Mili donde esta? — todos me miran.

—¡Mamá la tiene! — puse mis ojos en blanco, Julieta responde saliendo de su habitación, de razón todos se quedaron callados, Camila algunas veces hace eso, no suelta a la bebe.

La entiendo, pero... Cómo poner a la bebé en los negocios de la familia.

Suspiré y caminé a mi habitación, mientras mis hijos juegan en la sala juntos, quería tomar un baño, me siento un poco cansado con tanta cosa que últimamente estamos haciendo, Camila todavía no quiere que las personas sepan que estamos juntos, ella dice que su apellido hizo tanto daño, que no desea que pase algo a mayores con nuestras empresas

Y ahora la mujer que trajo al mundo de los vivos Sussy y Lauren, me pone de mal humor, esa señora no es la madre de mis dos hijos mayores, la madre de mis hijos es Camila y siempre lo será.

—Hola Dylan ¡dile hola a papá! —pego un brinco, me gire para mirar a Camila  tenía una ceja arqueada, me mira con curiosidad, ¿por que estoy tan nervioso?, no estoy haciendo nada malo

Una niñera para mis Hijos © ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora