Capítulo 49

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Camila Paul

Camino de un lado a otro, debería estar con mis hijos abajo, pero..

No puedo, me sigo culpando una y otra vez por lo que paso; Felipe no debió alejarse de mí, debimos caminar juntos hacia donde estaba Dylan, pero no...

Mi estúpido teléfono se había quedado dentro del auto.

—Camila, tranquila, le abrirás un hueco al suelo, vamos con los niños —comencé a llorar se que a él le toca hacer el papel del fuerte por los niños, pero en algunas ocasiones yo manejo el papel de débil.

Como te admiro, Dylan.

—Entiéndeme Dylan, tu estas destrozado, no has podido llorar la muerte de tu padre y yo... Imaginate que hubiera sido de los niños si fueras tu, ¿como haría yo para decirles a mis hijos una noticia como esta?, que su padre... ¡Ahora hay que decirles que su abuelo ha fallecido!, ¿dime como?.

—¿Qué mi papito, que? —abrí mis ojos, no sabía que Julieta había venido, sus ojos se llenan de lágrimas —¿Qué pasó con mi papito? —Felipe era  su mayor tesoro, con el tiempo su abuelo supo amar a sus nietos, lo perdonaron y ahora  el mayor tesoro de Felipe éramos todos nosotros.

Felipe también había cambiado mucho.

—Lo siento hija —ella nos mira mal y se aleja encerrándose  en su habitación.

—Pensará que se lo queremos ocultar, yo solo quería que ella..

—Qué ellos fueran felices por esta noche, no te preocupes, deja que se calme, yo hablaré con ella, mientras tanto, descansa Camila.

Y cierra la puerta, ¿qué más podría salir mal el día de hoy?

.....

La noche había llegado con rapidez, es como si le hubiéramos pedido que pasara más rápido de lo normal, aunque estemos prefiriendo que sea lo contrario.

Ahora todos estamos reunidos en la sala, la casa ya estaba en orden, Becky estaba con Mili y Samir, por lo pronto es mejor así, en sus habitaciones, son muy pequeños para escuchar este tipo de noticias, más adelante se les contará con calma

—Niños, nos hemos reunido para contarles algo que ha pasado, pero que esa persona quería que ustedes fueran muy felices en sus vísperas, por eso esperamos que sea a esta hora que le demos la noticia.

Julieta estaba en los brazos de su abuela, su cara estaba oculta bajo el enorme cabello de Sofia.

—Su abuelo ahora nos está sonriendo desde el cielo,  nos cuida con todos sus antepasados, él nos va proteger de que no nos pase nada malo, o que si pasa, no sea tan grave.

—¿Sus antepasados no lo supieron proteger? — Damian lanza una buena pregunta. Mire a Dylan, él también hace lo mismo

—Tal vez ya era su tiempo de partida — le responde Dylan negué.

Mentiras, no es así, una estúpida le quitó la vida, pero no somos capaz de decirles toda la verdad, porque la estúpida que hizo eso, quién causó este dolor, fue su madre de sangre,  quien tuvo a mis hermosos hijos y ni un gramo de amor les dio, sólo les quitaba y les vuelve  a quitar aquel amor que es el de  su abuelo.

Me levanté de la sala y fui por agua, no quería escuchar más, es mejor que yo no sepa nada de aquella conversación, solo quiero olvidar este amargo momento.

Que crueldad, hasta que ellos estén más grandes y quieran saber la verdadera historia de cómo murió su abuelo.

O tal vez se vayan dando cuenta solos. Los que más sufrirían son ellos dos, Julieta y Emanuel. Aunque no mucho, su madre dejó de serlo hace mucho.

Una niñera para mis Hijos © ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora