Capítulo 40

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Camila Paul

—Cami, hija... — pestañeo varias veces, busco a la persona dueña de esa voz —Camila, despierta, debes acabar con todo esto, y ser feliz.

—Madre, madre, te he estado buscando, ¿dónde estás? —comienzo a escuchar una risa juguetona, ella estaba jugando conmigo —¡Madre por favor!.

—A dónde voy, tú no podrás venir, hija, no todavia, te amo mucho y por siempre te amaré, sé feliz... —corrí por todos lados, el enorme jardín no me dejaba alcanzar, ella seguía yendo más lejos de mi.

—¡Madre!

—Camila, sé feliz, mis nietos son hermosos, así como tu, ve y se una buena mamá, lo que a mi me falto.

Comienzo a llorar, como si me hubiera perdido, ahora estoy en un bosque, ¡qué puedo hacer! Seguí corriendo hasta que caí en un enorme hueco oscuro.

....

Abrí mis ojos de golpe, sentí mucho miedo, toco mis mejillas, estaban húmedas. Me levanté de la ¿Cama? Asustada.

¿No se supone que me estaban arrestando?

—Camila, querida, ¡ya despertaste! —mis lágrimas salieron solas, mi alegría llena mi ser.

—Lauren, gracias, tu...

—Sussy estaba desesperada, no sólo ella, también tu  esposo, Frank y Alex, no te preocupes, todos están bien, si supieras que nos dimos cuenta de sus movimientos, nada pasó, Hilary también está muy bien.

—¿Seguro? —él asienta —eso me tranquiliza un poco.

Él ríe juguetón —Debemos ir a la institución a declarar lo que sucedió todo este tiempo Camila, debes ir a entablar una conversación con los oficiales de tu caso.

Asentí, se lo que debía hacer.

....

—Al perder mis recuerdos, no comprendía lo que sucedía, me era muy extraño... —estaba relatando todo lo que viví y lo que había encontrado, desde que perdí mis recuerdos hasta que los obtuve.

—Señora Paul, su prima la sacudió hasta caer al suelo,  de su cabeza salió demasiada sangre, ella testifica eso, y pide disculpas, fue en una disputa que habían tenido antes de que usted perdiera sus recuerdos, su abuelo la obligó a mentir. — agache mi mirada y asentí, era muy cierto eso —Su madre apoyó todo esto, se estaba salvando así misma. Al igual que sus hermanos. Aunque Federico se había alejado, sabía cómo era su padre.

—Si, él me lo dijo —la señora bebé agua.

—El pago una fuerte multa y su salida bajo fianza, dijo que odiaba el apellido, y que se alejaría de todos, que lo dejaran en paz.

—Si, también me lo dijo.

—También debo darle una noticia, se que es algo que no desea escuchar pero... —ella suspira —Encontramos a su madre, la habían asesinado, estaba motilada en el jardín de su hermana, Sara, ella testifica que fue su padre quien la asesino, que ella solo se estaba deshaciendo de aquella locura, que lloro mucho y que lo odio, por que era su persona favorita. Ahora está ella en un psiquiátrico, no la vimos bien — tape mi boca para ahogar un grito, que mi madre que...

Respire profundo, y en medio de mi llanto, terminó de contar  lo demás, también de que aquellas firmas no son las mías, demostré que siempre fue la verdad.

Todo este tiempo, tuve  la verdad en mis manos. Solo que no tenía la suficiente valentía para sacarla a flote.

......

Una niñera para mis Hijos © ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora