5.|Taehyun

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—En palabras simples... —la mujer fijo su vista en los dos adolescentes frente a ella, dió un suspiro y volteo con resignación—, ese hombre desplazo el problema directamente hacia mí.

Hubo silencio por unos segundos.

Kai que se había quedado sin palabras y con la boca abierta, sintió un tirón en la manga de su camiseta haciendo que volteara. Bahiyyih le hizo señas para que se acercará, él aún cohibido, lo hizo.

Solo para confirmar... —susurraba la rubia—. ¿Crees que con «problema» se refiera a nosotros?

—Me sorprende que lo hayas entendido rápido.

—Soy lenta pero no estúpida.

—Desde mi perspectiva, eres ambos —el varón llevo su diestra directamente a su barbilla, cerró los ojos y suspiro —. Quizás ese chicle en lugar de cerebro, pero quizás si funcione después de todo —agregó lo último con burla. Eso solo logro que la más baja abriera la boca llena de indignación.

Tú no aprecias tu vida ¿verdad?

Bahiyyih estuvo por saltar y atacar a su mellizo, pero en el hombro de cada uno se sintió una mano posarse. Cuando voltearon se encontraron con la mueca de Lea.

—¿Que diablos murmuran? Si van a pelear que no sea frente a nuestra madre... —sonreía, pero esa sonrisa era de todo menos agradable—. Tengan en cuenta que estoy implicada en este asunto. No sé ustedes, pero yo si tengo vida social, al igual que una cita mañana.

«Da miedo...». Fue el pensamiento compartido de ambos mellizos al notar el extraño aura detrás de la sonrisa impasible de su hermana.

Siguieron en silencio a Lea después de indicarles que ingresarán, no podían solo hablar de su situación en la puerta, cualquiera pensaría que era extraño y las vecinas entrometidas podrían inventar rumores.

Dejaron las maletas en la entrada y siguieron a su madre que no había dicho más despues de haberse referido, de forma indiscreta, a la situación como un desplace de problemas.

—Los zapatos.

Ambos, sin comprender, ladearon la cabeza viendo como su madre seguía el camino hacia la sala. Lea carraspeo la garganta haciendo que ambos voltearan notando que se había quitado los zapatos.

—Lo sentimos... —susurró Kai al notar que de alguna manera, habían dejado entrar suciedad.

—No se preocupen, es su primera vez en corea así que es entendible —La mayor sonrió a sus hermanos y señalo hacia una estantería pequeña; en la parte superior habían unas cuantas pantuflas y en la parte inferior otros zapatos—. Pueden utilizarlos si no se sienten cómodos.

Ambos asintieron y caminaron de regreso para quitarse los zapatos, una vez con las pantuflas, se acercaron a la sala donde la mayor ya los esperaba sentada en el sofá, con total autoridad.

Primero recibieron un regaño, un largo regaño de dos horas. Después fueron guiados a la habitación en la que se quedarían.

La casa tenía tres habitaciones además de la de la dueña de la casa, una de esas habitaciones la ocupaba Lea, la otra era utilizada para invitados y la última... era utilizada como un depósito; además de requerir arreglos, pues el baño nunca había sido terminado de construir. Por lo que tendrían que quedarse en la habitación de invitados, la cuál pasaría a ser la de Kai una vez se terminaran las refacciones en la que ocuparía Bahiyyih.

THE HUENINGZ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora