Cafetería (parte 3)

56 6 0
                                    

Trata de no sonar nervioso, pero es inevitable teniendo en cuenta lo que estaban por hacer los cinco estudiantes de secundaria.

Tengo una duda... —Kazuha lo observa inocentemente mientras las dos azabaches detrás de la japonesa temblaban—. ¿Que tan segura estás de esto?

Ya te lo dije Nishimura-kun. Irrumpir en casas ajenas es mi especialidad. Claro, sin que me vean, tengo entendido que es delito.

Nishimura estaba por preguntar pero dudaba que la fémina; mente maestra del plan, fuera a dar alguna explicación del por qué había dicho aquello. Tal vez era mejor no saberlo.

Así que no dijo nada y se dedico a observar a la castaña, que con una extraña tranquilidad, observaba a través de unos binoculares las rejas de metal que llevaban abiertas ya media hora.

—No sé por qué hacemos esto. —La temblorosa voz de la azabache con gafas hace al japonés poner su atención en ambas chicas que no paraban de temblar; una por el frío y la otra por el miedo. Claramente la que tenía frío no era Eunchae.

—Ya se los expliqué —Nakamura resopla volviendo su vista hacia la dirección en la que la de binoculares observaba—. Para mi desgracia, hubo una ocasión en la que tuve que hacer trabajo grupal de cuatro con: Jinsoul, Yunho y Minji. Naturalmente Yunho dijo que lo hicieramos en su casa; le encanta presumir la fortuna de su padre. Y casualmente me enteré que la mamá de Minji trabajaba para ellos. Aunque era un secreto...

La explicación de la japonesa se vio interrumpida por las acciones de su amiga castaña que había guardado el binocular y se había puesto el pasamontañas.

—El coche acaba de salir, tenemos cinco minutos antes de que la puerta se cierre por completo.

Los cuatro asienten bajando el pasamontañas por sus rostros de forma rápida, caminaron entre las sombras tratando de no hacer ruido alguno, los arbustos y árboles de la mansión eran favorables para su escabullida. Respiraron una vez que lograron ingresar sin ser descubiertos por las cámaras o alarmas.

—Hoy es sábado, por lo que la mayoría de sirvientes se van después de las 21:30 pm para tomar su día de descanso en domingo —Las dos azabaches al igual que Nishimura voltean a ver a Garam haciendo una silenciosa pregunta: ¿Cómo sabía eso?— Conozco a Yunho desde primaria, nuestras madres eran amigas por lo que, para mí desgracia y fortuna de ustedes, vine a jugar más veces de las que recuerdo haber ido a la primaria. Él jugaba, yo me escondía; porque ha sido un abusivo de mierda desde que tengo uso de razón.

Los tres dan varios asentimientos entendiendo la información que acaban de recibir. Ahora tenía sentido el porque la castaña había hecho un mapa de la casa con corredizos fuera de la vista de las cámaras. De hecho, si ella no se los decía, no sabrían que había cámaras y alarmas en varios lugares de la mansión.

Después de pasar el jardín y llegar hasta un invernadero lleno de variedades de plantas que ninguno conocía por su ignorancia con la herbologia, además de que la luz no estaba a favor suyo. Apenas habían diferenciado las rosas rojas y blancas.

En silencio y con pasos livianos siguieron a la castaña hacia lo que parecía ser una fuente. Para su sorpresa había un gran agujero en el techo circular sobre la cabeza del gran cisne.

—Yunho lo rompió hace cinco años. —informó la castaña antes de que hicieran preguntas silenciosas—. Dijo que tenía una puntería fenomenal y resultó cierto. Sus padres no se enteraron porque no estaban, al parecer siguen sin darse cuenta.

Después de la breve explicación, Garam siguió el camino hasta encontrar una escalera alta. Ladeó la cabeza dando una señal de que necesitaba ayuda para moverla por lo que los cuatro se acercaron, tres de ellos dudosos mientras la japonesa sonreía de emoción.

THE HUENINGZ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora