Capitulo 47

156 7 1
                                    

Max aplaudió con alegría y nos sentamos los tres a desayunar.

-Bien. Hoy es día de chicas, así que Max, ve a prepararte para salir-Dijo Rose-Y Billy ¿Nos podría llevar hasta mi casa para recoger mi auto?

-¿Estarán las dos solas?

-Si. Hoy es día de compras-Respondió ella.

-¿Por qué no puedo ir con ustedes?-Estaba tan acostumbrado a pasar las venticuatro horas del día junto a ellas, que se me hacía difícil dejarlas solas por un día completo.

-Chicas, Billy-Max me sacó la lengua.

Rose rió.

-Así es. Max anda a arreglarte-Ordenó Rose. Mi hermana muy obedientemente se puso en pie de la mesa y caminó hasta su habitación.

-No me agrada la idea de perderlas de vista tanto tiempo-Fruncí el ceño.

-Tranquilo, no pasará nada-Acarició mi mano.

-De acuerdo. Sabes que puedes llamarme si algo pasa-Tomé su mano y besé el dorso de esta.

-Claro-Sonrió y despeinó mi cabello-Iré a prepararme yo también.

Se puso en pie y antes de que se pudiera alejar más, tomé su brazo y la jalé hacia mí.

-No me has saludado esta mañana.

Ella sonrió y se sentó a horcajadas sobre mí.

-Buenos días-Volvió a sacudir mi cabello y besó mi mejilla.

Enrollé mis brazos alrededor de su cintura y la atraje, sus labios chocaron con los míos y la besé con delicadeza. Después de un largo rato ella se alejó.

-Debo ir a darme una ducha.

-¿Te acompaño?-Sonreí.

-Ambos sabemos en que terminan nuestras duchas y hoy debo darme prisa, así que no. En otro momento-Me dio un beso casto en los labios y se puso en pie. Noté que llevaba puesto solo la camisa de franela que yo había usado el día anterior. Le sentaba de maravilla. Se paseó  hasta la puerta de la cocina y luego salió de allí. Seguro sabía que yo la observaba.

Terminé mi taza de café y solo me quedé mirando la ventana, tenía un mal presentimiento. Además, que haría yo solo un día.

Unos minutos después me metí a la ducha y luego salimos en mi auto a la casa de Rose. Al llegar las dos bajaron.

-Adiós Billy-La emoción de Max era palpable.

-Adiós pequeña-Besé su coronilla.

Rose se acercó a mí. La abracé por la cintura.

-Nos vemos luego-Sonrió.

-¿Te quedarás conmigo esta noche?

-Por supuesto.

-Adiós. Cuídate-Cubrí sus labios con los míos y la besé por un largo rato. Al separarnos noté como Max nos miraba con alegría.

Ellas entraron en el Volvo de Rose y tras despedirse con la mano arrancaron. Yo también lo hice y volví a mi casa.

No tenía mucho que hacer así que me dediqué a limpiar la cocina, luego la habitación de Max, el living y el comedor y por último mi habitación. Al entrar allí la fragancia de Rose que aún seguía en el aire me llenó la nariz. Había algo de ropa sobre mi cama, la doblé y guardé en mi armario. Arreglé un poco la habitación y luego fui hacia mi baño. Su secador de cabello, su loción para el cuerpo y su cepillo de dientes estaban sobre el mármol. Tuve una gran idea. Después de ponerme mi suéter y tomar las llaves de mi auto nuevamente.

당신을 사랑하자 (Billy Hargrove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora